Un grupo de vecinos y veraneantes de Villarcayo ha decidido impulsar una plataforma de afectados por el ruido para intentar poner fin a lo que consideran una actitud de «pasividad» delAyuntamiento ante los desmanes de algunos establecimientos hosteleros, peñas y cuadrillas, a los que acusan de adueñarse de calles y locales sin respetar las ordenanzas municipales ni la normativa regional, fundamentalmente durante las fiestas, agosto y los fines de semana.
La problemática es diversa, desde aquellos que tienen bares con terraza en sus calles de residencia, hasta comunidades que en los bajos albergan lonjas para peñas, que pueden abrir hasta las 7 de la mañana, con música y venta de alcohol, según los denunciantes también a menores, pasando por vías con carreras de coches.En muchos casos, a la contaminación acústica se une la suciedad, los malos olores y el vandalismo en portales y zonas comunes. «La ciudad ha ido de mal en peor», se quejan.
Las principales zonas afectadas se ubican en las calles Santander, Siguifredo Albajara, Nuño Rasura, Valle Manzanedo, Calvo Sotelo, Juan de Garay y Burgos, aunque creen que llegarán a sumar apoyos de otros emplazamientos afectadas por ruidos o molestias derivados de lo que consideran falta de «gestión por parte del Ayuntamiento».Para todos ellos ponen a disposición un correo electrónico: afectadosporelruidovillarcayo@hotmail.com.
Este ‘frente común’ surgió a raíz de un comentario en un grupo de Facebook, en el que una vecina criticaba el comportamiento de una peña integrada por adultos que, según explica, se pasea con música hasta altas horas de la noche. Su comentario le ha granjeado enfrentamientos, tanto virtuales como personales. Otros integrantes de la plataforma reconocen que en sus comunidades no hay una postura unitaria. «También hay discrepancias entre los residentes»; gente que apoya a las peñas, ancianos y quienes prefieren mirar para otro lado y evitar problemas. «Tenemos miedo», apuntan. De hecho, la mayoría de los entrevistado ha pedido no revelar datos personales que permitan identificarlos.
Alguno de los impulsores ya se plantea acudir a los tribunales a título particular.«Si esto no se soluciona, voy a empezar por denunciar, aunque sea yo solo y me tenga que gasta el dinero en abogados», apunta Javi, que vive con dos bares enfrente.
En otros casos, optan por abandonar la villa.«Yo tengo el piso a la venta.Lo que he sufrido en esta comunidad no lo he vivido en la vida», se queja Laura, para añadir que «no son 4 días, es todo el año»  y que se trata de una situación que «no compensa» soportar. «Me está quitando años de vida», asegura.

LAS COMPETENCIAS

Los afectados creen que uno de los grandes problemas radica en que Villarcayo carece de Policía Local que haga cumplir las ordenanzas.«No hay respeto porque nadie multa», apunta Laura. Carlos asegura que en varias ocasiones ha llamado al 062 por ruidos en las terrazas de los bares que tiene debajo de casa. «Les han apercibido y a la media hora, otra vez», lamenta para recalcar que los relacionados con el ruido son delitos medioambientales y, por tanto, elSeprona también es competente.

Se sienten«desamparados» por la Guardia Civil, aunque desde la Comandancia recalcan que las competencias en materia de ruido son municipales y remiten alAyuntamiento. Sí tienen recogidas llamadas -un número no muy significativo y limitado de personas-  que en dos ocasiones han derivado en sanciones a establecimientos hosteleros por incumplir horarios de cierre.En otros casos, cuando la patrulla se ha personado donde había sido requerida, ya no quedaba nadie o el local había cerrado.

TESTIMONIOS

LAURA: «Tengo el piso a la venta. Esto me está quitando años de vida y no compensa. Villarcayo invita a marcharse»

MARTA: «Llevo 13 años sufriendo las fiestas. Me vibra el agua del retrete. Te estresas, te angustias. Es horroroso»

CARLOS: «No se aplica pero la normativa existe. Los veraneantes vienen aquí a hacer lo que no pueden hacer en Bilbao»

JAVIER: «Sucede todo el año, aunque se incrementa en verano. Ruido, gente en el portal, meados, peleas, carreras de coches...»

FRAN: «No es solo el ruido de las peñas, es la vibración.Tiemblan las paredes y no te permite descansar. Se debe regular»

LIMITADOR DE SONIDO

El alcalde de Villarcayo, Adrián Serna, desconoce la creación de la plataforma de afectados contra el ruido, aunque se muestra dispuesto a reunirse con sus representantes, «como con cualquier otro ciudadano», cuando ellos lo soliciten. No niega que existan problemas de convivencia en una localidad que multiplica por cinco su población durante el mes de agosto pero sí rechaza que sea una ‘ciudad sin ley’, como sostienen los denunciantes.
Tampoco es ajeno a las quejas por ruidos durante las fiestas.El año pasado recibieron numerosos escritos y convocaron una reunión con los afectados, en la que ofrecieron a aquellos que tuviesen problemas médicos costearles el alojamiento durante los días de más jolgorio para garantizar su tranquilidad.Sin embargo, asegura Serna que este año no han llegado  «ni un tercio de quejas, apenas 2 o 3», por lo que no han considerado necesario celebrar un nuevo encuentro.
Certifica el alcalde, de Iniciativa Merindades, que todos los conciertos celebrados «cuentan con autorización» y que durante las pasadas fiestas patronales las peñas han cumplido el horario marcado para la apertura de las lonjas, de 11 de la noche a 7 de la mañana. «La que más tarde ha cerrado ha sido a las 7.08 horas, porque además hemos contado con la colaboración de la Guardia Civil», reseña.
En 2019, se ha ampliado el cierre hasta las 7 de la mañana al haber dos días menos de fiesta. Desconoce lo que ocurrirá en 2020, aunque sí se ha tratado ya en la Junta de Portavoces la posibilidad de controlar la música de estas lonjas con limitadores acústicos. Según Adrián Serna, el resto de los grupos municipales se mostraron de acuerdo -PP,PSOE y Cs- por lo que la medida se tendría que consensuar con las peñas para así tratar de conciliar la fiesta con el derecho al descanso de los vecinos. «No es fácil», reconoce.
«Todas las peñas se concentran en la misma zona pero eso no depende delAyuntamiento, sino del mercado inmobiliario» y de la preferencia por zonas céntricas.
El alcalde de Villarcayo reconoce que no contar con Policía Local es un problema, con el añadido de que elInstituto Armado debe atender una comarca más extensa que el País Vasco. «Bastante hacen», asume.Sin embargo, aclara que el Ayuntamiento vigila con sus propios medios aspectos como el número de mesas y sillas que los bares tienen autorizados -«hay dos ordenanzas que lo controlan»- para garantizar la accesibilidad. A su juicio, el problema no suele estar en las terrazas sino en la masiva afluencia de gente al municipio.
Finalmente, y como ejemplo de colaboración, explica que la GuardiaCivil investiga las numerosas denuncias que se han producido durante las pasadas fiestas por desperfectos en vehículos (rayones, rotura de espejos retrovisores, etc.) estacionados en diferentes puntos de Villarcayo.