Música para que Ebrovisión vuelva a latir

Ó.C.
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El festival regresa con una jornada en la que Sidonie llenó el Pabellón Multifuncional. El público lidió con las medidas relacionadas con la pandemia para disfrutar del ambiente, en una edición condicionada por la covid

Música para que Ebrovisión vuelva a latir

Ebrovisión ha vuelto. No de una manera triunfal, pero al menos el festival ha sorteado todas las trabas de la pandemia para que la música suene otra vez y el corazón ebrovisivo vuelva a latir. La edición que arrancó ayer ni siquiera contará con un número. "No se lo merece", han dicho desde la asociación Amigos de Rafael Izquierdo en más de una ocasión, pero de una manera o de otra, el regreso llegó y todos los asistentes recordarán que en 2020 estuvieron en los conciertos.

El plato fuerte tuvo nombre propio. Sidonie llenó el Multifuncional, empezó con algo de retraso, pero pronto se ganaron al público, como suelen hacer. Arrancaron con On the sofa, uno de los clásicos de la banda catalana, con el que los más veteranos del festival sacaron una sonrisa. El tema lo lanzaron en 2003 y la mente de muchos se remontó a las primeras ediciones de Ebrovisión, cuando Sidonie ya estaba presente. Desde entonces, no han dejado de hacerlo y por eso el público habitual a la cita mirandesa siempre se entrega en sus actuaciones.

Nirvana, Nuestro baile del Viernes o Maravilloso fueron algunas de las siguientes, dentro de un repertorio en el que fueron intercambiando música de sus primeros y de los discos más nuevos. Uno de los momentos más emotivos de la actuación llegó con Yo no sé dibujar un perro, cuando Marc, el cantante, pidió la colaboración al público para cantarla a capela y con la luz de los móviles encendida.

 

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