La Biblioteca de Aranda pierde la cuarta parte de su plantilla

I.M.L.
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A la jubilación del director, cuya plaza no se ha cubierto, se suman otra más y dos bajas de trabajadores, lo que se traduce en una acumulación de tareas que impide avanzar con otros proyectos e iniciativas

La Biblioteca de Aranda presta servicio a sus usuarios 10 horas al día, además de las actividades de animación a la lectura. - Foto: I.M.L.

Cuando acabe este mes, se cumplirán seis años desde la jubilación de Manuel Arandilla, que ocupó el cargo de director de la Biblioteca de Aranda durante tres décadas. Desde su marcha hasta hoy han causado baja de la plantilla de este servicio municipal otras tres personas, una por alcanzar también la edad de jubilación, una baja de larga duración y otra por irse a trabajar a otra biblioteca. Una merma que supone un cuarto de la plantilla que debería tener para atender todos los proyectos y actividades que se desarrollan en estas instalaciones y que van más allá del préstamo y devolución de libros y material audiovisual. En la actualidad, este reducto de la cultura municipal cuenta con seis personas a jornada completa y una a media.

A lo largo de estos seis años, el Ayuntamiento arandino ha hecho ya dos intentos para cubrir la plaza de bibliotecario, pero las condiciones impuestas en el concurso oposición eran tan exigentes que quedó desierta. No se consiguió ni en 2019 ni en 2020, cuando sólo un aspirante de los cinco que se presentaron superó la primera de las cuatro pruebas pero suspendió el segundo examen, que consistía en el desarrollo por escrito de tres temas. Ahora, el edil de Personal, Vicente Holgueras, anunció que era una de las plazas que querían intentar cubrir con un nuevo proceso de selección y que estaban trabajando en ello. «Están ya por ahí las bases y los requisitos que se quieren marchar, pero no nos han preguntado a los que trabajamos aquí, que por ser los que mejor conocemos lo que hay podríamos realizar alguna sugerencia antes de que convoquen otra vez la plaza», comentan algunas de las trabajadoras de la biblioteca municipal.

Estas empleadas públicas no entienden porqué se está dilatando tanto el encontrar a alguien para ocupar el puesto de bibliotecario, que consideran más que necesario para avanzar en proyectos y una mejor organización del trabajo. «Aquí funcionamos por inercia, cada una sabemos lo que tenemos que hacer, pero es imprescindible alguien que coordine la labor conjunta y tome decisiones cuando hace falta», reconocen desde la primera planta de la Casa de Cultura de Aranda.

Con la labor que desarrolla esta sección de la Concejalía de Cultura, las seis personas y media que atienden la Biblioteca de Aranda son claramente insuficientes. «Sólo con cubrir las diez horas diarias que está abierta la Biblioteca, en el momento en el que falta una persona no damos a basto», lamenta una trabajadora, a la que secunda una compañera asegurando que «estamos a 50 cosas, somos los que somos, aunque la gente diga que para prestar y devolver libros no hace falta más gente».

Aclaran que no sienten que su trabajo se minusvalore pero las tareas que desempeñan van más allá de lo que los usuarios ven normalmente: Selección de material bibliográfico, preparación, catalogación y puesta a disposición de los usuarios, digitalización de la hemeroteca de la prensa local que «lo vamos haciendo cuando se puede», comunicación con otras bibliotecas, gestión de las redes sociales y la web que «vamos actualizando poco a poco pero no llegamos», lamenta una de las encargadas de alguna de estas cuestiones, además del proyecto de animación a la lectura, con cuentacuentos y más de 1.500 escolares que visitan la biblioteca cada curso. A ello se ha sumado en los últimos meses un incremento del trabajo administrativo con la implantación del expediente electrónico.

De hecho, reconocen que ocupar un puesto en la Biblioteca por un auxiliar administrativo no resulta atractivo para muchos. «En cuanto les dicen que tienen que trabajar mañana y tarde, prefieren irse a cualquier otro departamento, con horario de 8 a 15 horas, que venir aquí a hacer algo que no tiene que ver con el trabajo administrativo», atestiguan.