«No me marcho por dinero»

CARMELO PALACIOS
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Pablo Aguilar asegura que su adiós del San Pablo obedece a sus ganas de «vivir una nueva experiencia» en Japón y lamenta las críticas que ha recibido por una parte de la afición azulona

«No me marcho por dinero» - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

A Pablo Aguilar ya se le han acabado las vacaciones. Disfrutó de dos semanas de relax después de disputar la Fase Final Extraordinaria de la Liga Endesa con el San Pablo  y ayer empezó a ejercitarse de nuevo de cara a la próxima temporada. Se entrena en solitario en su Granada natal. Desde allí, saca un rato para atender a Diario de Burgos, hacer un repaso a su efímera etapa en el club azulón y explicar los motivos de su adiós. «No me marcho por dinero», asegura. 

El ala-pívot andaluz aterrizó en Burgos después de una larga lesión de muñeca que le mantuvo varios meses apartado de los terrenos de juego y que se unió al parón de la competición por el COVID-19. Solo había jugado un partido en todo el año cuando el San Pablo llamó a su puerta. «Estaba en casa en cuarentena y recibí la llamada. En apenas un día resolvimos el contrato y me incorporé. Firmé para jugar la Fase Final con opción a otro año, pero existía una cláusula que me permitía salir si llegaba una oferta del extranjero, como finalmente sucedió», recuerda.

El hecho de que viejos conocidos como Benite, Lima o Salvó estuvieran en la plantilla le ayudó a tomar la decisión de fichar: «Con ellos allí, sabía que el grupo era bueno y que la adaptación no me iba a costar». Dicho y hecho. Aguilar encajó a la perfección en el equipo y fue de gran ayuda para lograr colarse en las semifinales de la ACB. El propio club dijo estar sorprendido con su rendimiento, aunque él no tanto. «Me encontré muy bien a nivel físico y mental. Fue el fruto de trabajar muy duro este año, aunque no haya competido. El tiempo que estuve en dinámica de equipo en Japón me ayudó a quitarme las telarañas», reconoce.

El país del sol naciente será, precisamente, su próximo destino. Tenía la opción de quedarse en Burgos, pero finalmente decidió regresar al Kawasaki BT de la liga nipona, una competición con menos caché que la española. «Me voy a Japón por el deseo de vivir una nueva experiencia personal en un país diferente, no me marcho solo por un tema económico. Los contratos millonarios son en China o Estados Unidos. Me atrae su cultura, conocer gente nueva y jugar en una liga distinta, con más nivel de lo que la gente piensa... En algún momento de mi carrera quería jugar allí y no quería dejar pasar esta oportunidad. No ha sido fácil porque el San Pablo es un club donde podía crecer y encajar en la filosofía de Peñarroya» explica. 

Cuando se le pregunta si el San Pablo podía haber hecho algo más por retenerle duda antes de decir que no. Asegura estar muy agradecido porque apostaran por él y que «significó» mucho que depositaran esa confianza después de tanto tiempo sin competir: «He estado muy a gusto. Me lo he pasado como un enano con el grupo y también cuando volvimos a Burgos con la afición, pero ahora estoy en el momento de vivir otra experiencia».

Tampoco influyó en su decisión, cuenta, las salidas de algunos jugadores de la plantilla y ve con naturalidad que los equipos cambien notablemente de año a año. «Cada jugador busca una cosa diferente en su carrera y su vida personal», apunta.

Su marcha supone un contratiempo para un San Pablo que deberá llegar hasta los cinco jugadores nacionales que exige la Basketball Champions League (BCL). Aguilar opina que no tendrán problemas para lograrlo porque «España tiene la suerte de contar con una cantera de nivel», pero la realidad es que el mercado, marcado por la pandemia de coronavirus, no se lo pondrá fácil.


"Es mentira que dijera que me iba a quedar". Desde que se conociera su decisión de dejar el San Pablo, Aguilar ha recibido algunas críticas a través de las redes sociales y reconoce que le han dolido, pues entiende que se han puesto en su boca cosas que no ha dicho. «Me han caído bastante palos», dice con media sonrisa. «La verdad es que me jode porque se comenta que yo dije que me iba a quedar y eso es mentira. Si la gente se lo cree, normal que esté molesta porque no siga. Pero la realidad es que tanto el club como yo sabíamos que existía esta cláusula y podía pasar. Yo dije que estaba a gusto aquí y que podía ser una opción de futuro, pero que todavía era pronto». 

Al margen de esta polémica que no deja de ser anecdótica, Aguilar se marcha del San Pablo con inmejorables sensaciones y sin descartar la vuelta a la ACB en un futuro no muy lejano. Sin embargo, ahora prefiere centrarse únicamente en disfrutar de su nueva aventura. «Quiero competir todas las semanas y tener un año tranquilo de lesiones. Cuando acabe la temporada, ya veremos lo que depara el futuro», concluye el granadino, que se ha convertido en el único jugador del San Pablo que no ha llegado a disputar un duelo en Burgos.