El arte que abrió la Revolución rusa

Javier D. Bazaga (SPC)
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La muestra recorre la producción más radical de principios del siglo XX en el este de Europa, que caminó desde el surrealismo a la abstracción

El arte que abrió la Revolución rusa

Marc Chagall y Kazimir Malévich delimitan la muestra sobre las vanguardias rusas que la Fundación Mapfre inauguró ayer en Madrid y que podrá verse hasta el 5 de mayo. De Chagall a Malévich: el arte en revolución constituye una retrospectiva de los artistas más radicales y vanguardistas de las primeras décadas del siglo XX, entre 1905 y 1930, que abrieron la puerta a una revolución artística y social que no tardaría en materializarse.

Su comisario, Jean-Louis Prat, escogió estos dos referentes como diques de contención de la creación más vanguardista de una época que anticipó la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia. «No fue la revolución la que forjó las vanguardias y la modernidad», relató, sino que «fueron los artistas los que se erigieron en revolucionarios antes de la Revolución».

De hecho, las obras reunidas por la Fundación Mapfre avanzan propuestas como el cubofuturismo o el constructivismo, y dieron los primeros pasos hacia el surrealismo y la abstracción geométrica. Casi un centenar de piezas y 24 publicaciones de 29 artistas, entre los que se encuentra Kandinsky, y que «se adelantaron a la modernidad de un modo hasta el momento nunca visto en Rusia».

Ese ambiente social que terminará en la Revolución de Octubre de 1917 explica el modo en que estos artistas anticipan con sus obras el proceso subversivo que representa la llegada de ese nuevo régimen, que terminaría siendo totalitario, pero que convirtieron a Rusia en uno de los centros de la vanguardia artística. 

La exposición viaja desde el Chagall más poético y narrativo, que abrió el camino al surrealismo, hasta el Malévich más radical que tenía ya la vista puesta en la abstracción geométrica. Entre ellos se despliega un abanico de otros 27 artistas que adelantaron estilos como el neoprimitivismo, el cubofuturismo y rayonismo, la abstracción, el suprematismo o el constructivismo. Vassily Kandinsky o Vladimir Tatlin están entre ellos. También aparece una amplia nómina de mujeres artistas que desafiaron las producciones de la época como Natalia Goncharova o Alexandra Exter.

Todos ellos demuestran una mezcla de fervor creativo y compromiso político que desembocó en este alud de obras que redefinieron los movimientos culturales del momento.