Sin voltereta: la ida dictó la eliminatoria

Diego Izco
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Los siete primeros de grupo que ganaron a domicilio en la ida lograron su billete: solo la Juve, ridícula ante el Oporto, se dejó la lógica en el camino. El Madrid, a lo suyo, salvó el honor de LaLiga

Remate de Benzema a la portería del Atalanta italiano. - Foto: JUAN MEDINA

En la temporada 2003-04, la UEFA decidió que tenía entre las manos un ?caramelito? muy lucrativo con esto de la Liga de Campeones: aumentó el número de participantes hasta completar ocho grupos y, por primera vez bajo este formato, se disputaron los octavos de final. Desde entonces, 18 temporadas, 144 grupos diversos con sus 144 campeones y 102 de ellos lograron superar los octavos de final. La diferencia entre ser primero o segundo de grupo, imperceptible según una teoría alocada de los analistas del neofútbol, sigue siendo abismal. La Historia demuestra que en un 71 por ciento de ocasiones quien gana su grupo tiene billete para meterse entre los ocho mejores del continente. Ay, ese 0-3 de la Juventus, piensan en Barcelona...

 

La ida, suficiente.

Total, que podíamos habernos ahorrado los encuentros de vuelta a tenor de lo sucedido en la ida. Ni una sola voltereta. Todo quedó escrito y sellado hace dos y tres semanas, cuando siete de esos ocho primeros de grupo dejaron la tarea hecha. Por cierto, ese 7-8 no es el récord de la competición:en la 2013-14 pasaron los ocho. A veces el fútbol es un juego impredecible, agitado y que cambia de dirección como una veleta mal ajustada... pero a veces también es pura lógica. O una continuación de ella:ni siquiera, por ejemplo, un equipo que está bordando el fútbol en Alemania (Leipzig) logra inquietar a otro que está dando pena en Inglaterra (Liverpool) y vuelve a perder por 2-0, el mismo resultado de la ida. La Champions también tiene mecanismos indescifrables.

 

Ni un córner.

Tres de los cuatro equipos españoles quedaron en el camino. Ya lo anticiparon en la ida: un Sevilla nervioso, un Barça atropellado y un Atlético cobarde. El Dortmund, el PSG y el Chelsea se aprovecharon de tanta debilidad y administraron sus ventajas con más o menos solvencia en la vuelta. Así que el Real Madrid salvó de alguna forma el prestigio menguante de LaLiga en un partido en el que ganó 3-1 y no tiró un solo córner. No es un dato cualquiera:pertenece a esos duelos de dominio mudo e insignificante del equipo blanco en Europa, de los que sale con marcadores favorables, incluso amplios... ¿sin merecerlo? Al cabo de 180 minutos nadie juega eliminatorias como el Madrid en la Copa de Europa: primero las gana y después, ya si eso, se lo merece.

 

Pepe en turín.

El Oporto, lo dicho, firmó la gran machada de octavos con un ejercicio de supervivencia máxima en el Juventus Stadium. El comandante Pepe, a sus 38 años, dirigió la línea de resistencia portuguesa dando esa sensación de que sigue siendo feliz cuanto mayor es la dificultad. No le pidan construir, pero si quieren caos y destrucción tienen al malvado perfecto:sigue en forma, ha corregido ciertos errores tácticos con el paso del tiempo para suplir el declive físico y si la última pelota del partido hubiese ido camino de convertirse en el 4-2, allí habría aparecido su cara, a cámara lenta y música épica, para detenerla. La gloria, en inferioridad numérica durante más de una hora y con una prórroga en el bolsillo, necesita sus antihéroes...

 

Los trámites.

Hay equipos que, de puro jugar estas rondas, las afrontan como meros funcionarios de esos grises que llevan tanto tiempo poniendo cuños que podrían hacerlo en una habitación a oscuras con los ojos vendados. Es decir:el Bayern, que había logrado un 1-4 en la ida en Roma, volvió a ganar a la Lazio con una corrección suprema y 11 tiros a portería. 2-1 final en el marcador. Hay una mínima relajación, como la del City ante el ?Gladbach (otro 2-0 tras el 0-2 de la ida), pero es una relajación muy profesional:transmitir al rival la sensación de que esta vez no vas a ir a muerte a por ellos (¿Lo hizo el PSGante el Barça en París, por ejemplo?), pero como se atrevan a cuestionar la eliminatoria pisarán el acelerador.