El HUBU ha amanecido este lunes con 55 pacientes ingresados por covid-19 en las plantas de hospitalización y otros 25 críticos infecciosos en la UCI; unas cifras que todavía permiten mantener el plan de aumento progresivo de actividad quirúrgica tras el bloqueo de noviembre y diciembre. De hecho, la semana pasada ya se trabajó con 13 quirófanos para cirugías programadas (más dos de urgencias y uno para partos) y la previsión para esta es abrir otro quirófano más para pacientes en lista de espera. Así, se podría operar de forma simultánea en 17 salas, casi el doble de las habilitadas a finales de diciembre (seis para actividad programada, más los dos de urgencias y el obstétrico).
El hospital ha podido ir recuperando actividad en sus instalaciones a medida que amainaba la tormenta provocada por la covid-19 en otoño, que no solo obligó a dedicar buena parte del Hospital de Día Quirúrgico a enfermos críticos, sino que absorbió mucho personal, sobre todo de enfermería. Una vez que la situación se recondujo, el complejo asistencial pudo dedicar de nuevo estos recursos y efectivos a la actividad convencional y se fue prescindiendo del apoyo de Recoletas. De hecho, de los tres conciertos firmados en noviembre entre las gerencias del hospital público y el privado, solo uno se mantiene hoy en vigor.
Es, en concreto, el acuerdo que permite operar a pacientes en lista de espera del HUBU en instalaciones de Recoletas, pero con cirujanos de Sacyl y el resto del personal de la plantilla del centro privado (anestesistas y otros profesionales de quirófano). Este concierto singular entró en vigor el 17 de noviembre, con el propósito de sacar de las listas de espera de la sanidad pública a 215 pacientes (o procedimientos, en caso de que alguien necesitara más de una intervención) de las especialidades de Cirugía General y Plástica, Traumatología, Urología, Otorrinolaringología y Ginecología).
Varias de estas especialidades (Traumatología y Ginecología), dejaron de desplazarse al hospital privado antes de Navidad, pero el resto siguen haciéndolo, dado que todavía no se han hecho las 215 operaciones acordadas. Fuentes del HUBU afirmaron el jueves que se habían hecho 135 y fuentes de Recoletas elevaron un día después esta cifra hasta las 155 intervenciones. «Si se mantiene la previsión actual -añadieron en el centro privado- en tres semanas, aproximadamente, se habrán realizado los 60 procedimientos restantes».
Estabilidad. La programación quirúrgica del HUBU dependerá de la magnitud de la tercera oleada en la provincia. Si vuelve a darse la situación del 9 de noviembre, cuando el hospital estuvo en riesgo real de tener más indicaciones de ingreso que camas disponibles, será imprescindible desprogramar actividad y dedicar a esos efectivos a la atención de pacientes con covid.
Las enfermeras del bloque quirúrgico están siendo las primeras en ser derivadas a la UCI, dado que manejan respiradores y aparataje propio de las unidades de cuidados intensivos. Así, si se vuelve a superar el umbral de los 35 o 40 críticos por complicaciones de la infección, será inevitable que la UCI se extienda y ocupe otros espacios y, obviamente, que requiera del apoyo de efectivos de otros servicios para la atención de sus pacientes, con covid u otras patologías.