En el Ministerio que dirige Margarita Robles no parecen tener prisa en que los militares que trabajan a diario en la sede de la Subdelegación de Defensa de la plaza del Rey se muden a Capitanía General. Al menos, no es una cuestión prioritaria. Y eso que desde hace dos años la Dirección General de Infraestructuras, dependiente de esta administración, recibió los planos y estudios de situación para llevar a cabo el proyecto. La previsión de acometerlo en 2019 se descartó antes de que se iniciase ese año y desde entonces la idea se fue enfriando hasta llegar al punto actual, donde la noticia es que no hay noticia. 

En la propia Subdelegacion de Defensa reconocen que no tienen ninguna novedad al respecto y lo achacan a la situación actual en todo el país, donde la pandemia concentra todos los recursos en casi todas las administraciones. El virus ha metido en un cajón muchos proyectos que el Ejecutivo central no considera prioritarios y éste puede ser uno de ellos. Y si no parece urgir el traslado, mucho menos la venta del edificio que albergó el antiguo Gobierno Militar, que sería el siguiente paso. 

Defensa recibió en 2018 el estudio para adaptar el edificio de Capitanía a sus nuevos inquilinos. Es decir, a las 40 personas que trabajan en la sede de la Plaza del Rey, además de las encargadas del Instituto Social de las Fuerzas Armadas, el reclutamiento, el Juzgado Togado Territorial, la Hermandad de Veteranos, la Intervención Territorial y el Patronato de Huérfanos. Las obras, a priori, no requerirían de mucha inversión, pero todo estaba supeditado a la partida presupuestaria asignada a este Ministerio para proyectos de este tipo. 

Una vez que se lleve a cabo, la pretensión es enajenar el edificio de la Subdelegación, aunque cabe recordar que la parcela en la que se ubica está afectada por el Plan Especial del Camino de Santiago. Es suelo urbano consolidado con la calificación de dotación, por lo que habría que cambiar el Plan General de Ordenación Urbana si se pretende dar uso residencial.