Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Sentido de Estado

22/01/2022

La izquierda recalcitrante han puesto el grito en el cielo ante la decisión del gobierno de contribuir a la iniciativa de la OTAN de plantar cara a Rusia.

España enviará buques y aviones a una zona de máxima tensión, prebélica, por la intención de Rusia de controlar y anexionarse territorialmente un país, Ucrania, que no tiene más pecado que pedir hace menos de diez años una asociación con la Unión Europea como paso previo a formar parte de esa organización en el futuro. Aquello provocó una revuelta social de graves consecuencias políticas, así como la decisión de Rusia de anexionarse el Donbas y Crimea con el argumento de que debía impedir bajo cualquier circunstancia que la OTAN se ampliara con países que habían formado parte de la antigua URSS.

Putin no tiene límite, y la OTAN no puede quedarse de brazos cruzados ante un presidente que lleva semanas con miles de tropas en la frontera y centenares de carros de combate prestos a intervenir. España forma parte de la OTAN y está obligada a los compromisos que ello supone: la organización militar defenderá los intereses de los países miembros, obligados a su vez a colaborar en cualquier intervención en defensa de esos intereses. Hablar a estas alturas de paz sí guerra no, es infantilismo, ideología mal entendida cuando se tienen responsabilidades de gobierno. Y es también, hay que decirlo, egoísmo. A ver qué dirían Pablo Iglesias, Yolanda Díaz y los partidos y gentes de su cuerda, si fuera España el país amenazado, con un ejército extranjero dispuesto a apropiarse de Andalucía o Cataluña, y los socios de la OTAN con los que compartimos responsabilidades y objetivos se quedaran de brazos cruzados diciendo a los españoles que se las arreglaran como pudieran.

Ante amenazas de esa envergadura, no sirven los bloqueos económicos, o no solo. Putin es un tipo al que no le importa el sufrimiento de sus ciudadanos y su desabastecimiento -porque es lo que produciría el bloqueo occidental-, sino defender sus propias ambiciones que, que le han llevado a tomar decisiones dictatoriales para perpetuarse en el poder.

Hay también cuestiones económicas, energéticas y políticas que no se pueden soslayar. El gas ruso es indispensable para la mayoría de los países de la Unión Europea, como es indispensable para España el gas argelino. En cuanto a las políticas, ante un Putin que no tiene límite es necesario defender la gran alianza europea representada por la UE y garantizar su futuro, así como defender los principios que llevaron a la necesidad de crear la OTAN, de igual modo que la URSS promovió el Pacto de Varsovia.

España presidirá en junio la reunión de la OTAN. Una oportunidad importante para demostrar las capacidades tecnológicas, militares, políticas y sociales del país. Un país que sabe responder con altura ante circunstancias difíciles como las que se están viviendo estos días en Ucrania. Ponerse de perfil sería una irresponsabilidad y una cobardía.