El HUBU derivará cirugías a Recoletas hasta el jueves

GADEA G. UBIERNA
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El hospital público mantiene 11 quirófanos abiertos para actividad programada y uno en el centro privado, en el que también están operando profesionales de Sacyl

La próxima semana habrá, al menos, una decena de derivaciones a Recoletas. - Foto: Luis López Araico

El HUBU seguirá operando a pacientes de Sacyl en Recoletas hasta el próximo jueves, aunque el convenio firmado por las direcciones de sendos hospitales para sacar adelante procesos quirúrgicos no demorables puede prorrogarse con periodicidad semanal. Con este acuerdo el hospital público le ‘contrata’ a Recoletas uno de sus quirófanos, que se suma a los once con los que está trabajando hoy el centro público (entre dos y tres menos al día que hace un mes) para sacar adelante actividad programada (para urgencias y partos hay otros tres quirófanos abiertos). En la primera semana de vigencia de este nuevo concierto se ha intervenido a 18 pacientes de cuatro especialidades: Cirugía General y Plástica, Urología y Ginecología. 

Fuentes de los dos centros sanitarios explicaron que este nuevo convenio, el cuarto en tres meses y medio, permite operar en Recoletas a entre dos y cuatro personas en lista de espera del HUBU a diario, aunque si son cirugías ‘sencillas’ pueden programarse hasta cinco diarias. Como ya sucedió en alguno de los convenios firmados en noviembre, durante lo peor de la pandemia en Burgos hasta la fecha, estas cirugías las están practicando profesionales de Sacyl con medios de Recoletas. 

Para la próxima semana ya hay una decena de operaciones previstas para este quirófano ‘externo’ y según se aproxime el jueves 18 se decidirá si se prorroga el acuerdo -de cuyo importe aún no se ha publicado información alguna en la plataforma de contratación del sector público- o si el HUBU está en condiciones de abrir más quirófanos y acercarse a lo que sería su programación habitual (entre 18 y 20 quirófanos al día para lista de espera).

De los cinco hospitales grandes de la Comunidad, el HUBU es el que menos quirófanos ha cerrado por impacto de la tercera oleada. De hecho, mantuvo 14 abiertos hasta finales de enero, cuando los dos de Valladolid, por ejemplo, se tenían que limitar a operar lo urgente porque sus instalaciones estaban copadas por la enfermedad del coronavirus.

En Burgos la tercera oleada está pasando sin los estragos de las dos anteriores, lo cual ha evitado el boom de hospitalizaciones vividas en la primavera y en el otoño. El complejo asistencial no ha llegado a los cien ingresados a la vez en planta por la covid (el máximo hasta la fecha han sido 97, el 1 de febrero) y, ahora que según la Consejería de Sanidad ya se ha alcanzado el pico de ingresos, se mantiene entre 75 y 80 pacientes infecciosos en planta (79 ayer). Es un volumen que nada tiene que ver con los 204 que llegó a registrar en el primer pico pandémico o los 303 del 10 de noviembre.

Sin embargo, la situación en la UCI es muy diferente a la de planta  y es lo que, en gran medida, condiciona la reapertura de más quirófanos en Islas Baleares y la recuperación de la actividad externalizada. 

La Unidad de Cuidados Intensivos seguía ayer con 41 críticos por la covid y otros diez por patología diversa. El servicio de Medicina Intensiva tenía así 51 enfermos a su cargo, lo cual obliga a mantener la ampliación de la unidad en espacios de Anestesiología y, por lo tanto, la repercusión en la actividad de los quirófanos es inevitable. Mientras la UCI necesite mantener las 60 camas actuales (con posibilidad de aumentar a 62), será difícil recuperar normalidad en los bloques quirúrgicos.

Esta semana. La previsión de la Consejería de Sanidad es que los ingresos en las unidades de críticos empiecen a caer la próxima semana, lo cual implicaría que los hospitales de Palencia, Segovia y Valladolid no tendrán tanta necesidad de derivar pacientes a Burgos como hasta ahora.

Hay que recordar que la UCI del HUBU ha sido la única que ha podido ofrecer hasta 24 camas a críticos procedentes de otras provincias, dada la menor incidencia de la tercera oleada en la provincia. De no haber sido por la saturación que se ha vivido en otros hospitales, la UCI de Burgos tendría ahora menos de una veintena de pacientes con covid; es decir, estaría en una situación muy semejante a la de octubre, antes del estallido de la segunda oleada, que azotó especialmente a la capital.