Los únicos problemas de aglomeraciones a día de hoy en el aeropuerto de Burgos se producirían si la escuela de vuelos programara todas las clases a la misma hora. Entonces, sí, los aspirantes a piloto se empujarían y darían codazos por llegar los primeros al mejor avión. Pero como Flyby seguro que organiza bien sus prácticas, en la actualidad -y en el futuro también, para qué engañarse- resulta materialmente imposible que Villafría se colapse. Pero hay quien piensa que sí.

Ocho diputados de Vox, que es verdad que hacen la misma pregunta parlamentaria para todos los aeropuertos de España, cuestionaron al Gobierno en noviembre «sobre las medidas que adoptaría en Navidad para evitar atascos en Burgos».
Es cierto que ninguno de los parlamentarios firmantes es burgalés -Vox no logró representación por esta provincia en el Congreso en las pasadas elecciones generales- pero bien podrían haber pegado un telefonazo a alguno de sus correligionarios de las Tierras del Cid para que le contara como estaban las cosas por Villafría. Con haber hecho una búsqueda en Google, cualquier noticia de este periódico les hubiera informado de que en el aeropuerto burgalés pocos atascos pueden producirse, máxime cuando desde el 18 de diciembre carece de operativa alguna, pues esa jornada salió el último avión hacia Barcelona. De hecho, a día de hoy, el Ayuntamiento de Burgos sigue buscando una compañía para que programe vuelos regulares y presente algún plan de explotación para verano y otras fechas señaladas, como Semana Santa.

Así que la pregunta en cuestión no tiene demasiado sentido para una infraestructura como la burgalesa, y menos en estos momentos. En el propio texto, los diputados de Vox prologan la interrogación al Gobierno con un dato bien revelador: en noviembre de 2021 el número de pasajeros que viajó desde Villafría cayó a la mitad, y eso que todavía volaba el avión a la Ciudad Condal.
En concreto, el partido de Santiago Abascal inquiría al Ejecutivo central sobre las medidas que tomaría para agilizar el tránsito de viajeros y evitar aglomeraciones en los controles de seguridad y pasaporte del aeropuerto de Villafría. La primera medida, sin duda, pasaría por aprobar la concesión de una buena subvención para Burgos a fin de atraer a una compañía que programe vuelos a mansalva. Poco más.