Cuando Andoni Iraola anunció que dejaba el Mirandés, los aficionados rojillos lamentaron su marcha porque estaban convencidos de que iba a ser muy difícil superar lo conseguido por el técnico vasco. El listón estaba muy alto, ya que el equipo había alcanzado las semifinales de Copa y soñado casi hasta el final con el play off, brindado además momentos de muy buen fútbol.
José Alberto ha logrado lo que parecía imposible, que pocos echen ya de menos al anterior inquilino del banquillo de Anduva. Los números del actual Mirandés son los mejores de la historia del club.
Nunca el equipo había sumado a estas alturas de la competición 36 puntos y estaba tan cerca de la zona noble. La pasada temporada tenía dos unidades menos en su casillero, pero sobre todo la sensación era muy diferente, ya que precisamente tras el parón navideño fueron los peores meses de los rojillos, que pagaron en Liga el esfuerzo de la Copa. Entonces parecía que al equipo le empezaba a faltar gasolina mientras que ahora es todo lo contrario, el Mirandés se siente cómodo, ha recuperado la confianza y está brindando sus mejores momentos.
Con Iraola, los rojillos marcaban muchos más goles pero también recibían más. Su propuesta era el constante intercambio de golpes con el rival, un estilo muy atractivo para el espectador que hizo disfrutar a la afición. José Alberto también concede mucha importancia a llevar el peso del partido aunque no descuida tanto la parcela defensiva. Al contrario, la solidez es uno de los puntos fuertes de un equipo que si de algo ha pecado durante la primera vuelta es de tener poca pegada para transformar en ocasiones su dominio. La llegada de Cristo ha solventado ese problema y además el equipo, sin renunciar a su forma de juego, ha mutado hacia un estilo más vertical con transiciones mucho más rápidas.
Hasta la fecha, la mejor clasificación del Mirandés es el octavo puesto logrado en la 2014-15 con Carlos Terrazas en el banquillo, aunque fue en la recta final del torneo, cuando matemáticamente ya no tenía opciones de play off, cuando el equipo encadenó varias triunfos que le hicieron dar un salto cuantitativo en la tabla. Aquella campaña llevaba 33 puntos en la jornada 24, es decir tres menos que en la actual.
Gran racha. Las tres victorias consecutivas con las que ha comenzado la segunda vuelta el Mirandés, es la mejor racha de la categoría y ha permitido al equipo no solo disipar las dudas que había generado su rendimiento antes del parón, sino ilusionarse con algo más que la permanencia. Solo el Mallorca, líder de Segunda, ha sido capaz de ganar también las tres últimas jornadas.
A pesar de ser uno de los equipos de moda en la división de plata, José Alberto no quiere que la euforia se apodere del vestuario ni del entorno, por lo que todas las semanas recuerda que el objetivo de la entidad es asegurar la permanencia cuanto antes.
El técnico ha logrado sacar partido a una plantilla muy joven, formada en su mayoría por futbolistas debutantes en la categoría pero que se han adaptado rápidamente y están sacando a relucir todo su potencial.