Los últimos datos de personas afectadas por insuficiencia renal en la provincia resultan muy positivos si se tiene en cuenta que en el último año han descendido en más de un centenar, pasando de las 647 a las 543 que hay actualmente. Un hecho que sorprendió incluso a Antonio Ortiz, presidente de Alcer Burgos, cuando recibió estas cifras del hospital y que explica afirmando que «hay una fase que llamamos ERCA, personas que están en prediálisis, enfermos renales pero que todavía sus riñones filtran, y ahora con una terapias se consigue que en cierta manera ese riñón se recupere y como no tienen que hacerles un servicio tan extenso se les aparta como que son personas curadas». Es decir, ya no requieren de un reconocimiento tan exhaustivo y además «los tratamientos que se están haciendo funcionan mejor y solucionan más problemas».

Por el contrario, la pandemia ha provocado que bajen las donaciones hasta situarse en doce, siete mujeres y cinco hombres de una edad media de 72,8 años. Esto supone 30 órganos extraídos (4 pulmones, 9 hígados, 16 riñones y un páncreas) mientras que tejidos, solo se extrajeron globos oculares, 20. Sin embargo, hasta el mes de febrero se habían realizado la mitad de estas donaciones, lo que supone «una barbaridad en proporción a otros años» pero que se cortó con la llegada de la crisis sanitaria. 

Hay que tener en cuenta también que entre marzo y julio únicamente se realizaron los trasplantes extremadamente necesarios. Actualmente hay un total de 21 pacientes en lista de espera de trasplante renal. Concretamente, en Burgos han comenzado diálisis 50 pacientes, 189 reciben hemodiálisis, 16 en tratamiento domiciliario, 130 en prediálisis, 13 trasplantados y 258 trasplantados funcionales (con riñón funcionante). Han fallecido en total 34 personas (29 de diálisis y 5 trasplantados).

La edad media de los pacientes sigue alrededor de los 65 años y la mitad residen en pueblos. Por ello, se realizarán salidas a las localidades con menos habitantes para informar en mesas, tal y como se informó en la Asamblea General de Alcer celebrada ayer. En esta ocasión costaba pensar en nuevos proyectos debido a la pandemia, aunque sí  mantendrán y reforzarán los grupos de apoyo mutuo. Además, se aprobó que se pagará por los servicios externos -tanto nutricionista como psicólogo- una cuota de cinco euros en cada consulta.