Los comerciantes de Arenal piden aplazar la obra de la calle

R.C.G.
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Consideran que la crisis provocada por la pandemia es aún peor que la que motivó el pasado ejercicio que las obras se aplazaran. El Ayuntamiento tiene reservados 636.000 euros para esta actuación

La reforma permitirá mejorar aceras, pavimento y sobre todo la red de abastecimiento. - Foto: R.C.G.

La reforma de la calle Arenal es una de las inversiones más importantes de esta legislatura, aunque su ejecución vuelve a estar en el aire. El año pasado los comerciantes pidieron al Ayuntamiento que la postergara para no agravar la crisis desatada por el coronavirus, pero la situación precisamente no ha mejorado. Por este motivo, solicitan que nuevamente se aplacen los trabajos ya que «con la que está cayendo, sería la puntilla». 

Para los negocios, tener cinco meses la calle levantada con las máquinas en las puertas de sus locales «sería la ruina», apuntan desde el establecimiento de comida. «A la larga seguramente será beneficioso, pero ahora mismo no es momento de añadirnos otro problema a los muchos que ya tenemos», afirma la propietaria de la tienda de Adolfo Domínguez, quien considera que la ciudad tiene en estos momentos otras prioridades a las que se podría destinar ese dinero. El año pasado la partida se derivó a un paquete de obras de menor calado, pero en esta ocasión «quizá se pueda destinar a ayudas para el covid». 

El presupuesto para el actual ejercicio contempla una partida de 663.000 euros para acometer la mejora del tramo entre San Agustín y Francisco Cantera. El proyecto está listo y la intención del equipo de gobierno es licitar la obra en cuanto se puedan aprobar las cuentas municipales, aunque el concejal  del área asegura que antes escuchará a los comerciantes. Eso sí, ya advierte que en esta ocasión no ve tan factible el aplazamiento porque la mejora estética es secundaria. Lo que preocupa es la  red de abastecimiento y saneamiento. «Mantendremos una reunión con los afectados y estudiaremos todas las posibilidades, pero en algún momento hay que hacer las obras porque no es una cuestión de ensanchar las aceras o asfaltar, que se podría dejar para más adelante, lo importante es lo que no se ve. Las tuberías y el colector están muy viejos y dan problemas, así que hay que intervenir antes de que tengamos que hacerlo de emergencia», asegura Adrián San Emeterio. 

Sin embargo, los comerciantes de Arenal temen que les pase como a sus compañeros de Ramón y Cajal, que vieron reducidos sus ingresos ya que las obras mantuvieron la calle cortada al tráfico durante medio año, lo que redujo notablemente el flujo de clientes. En el caso de Arenal el número de negocios afectados sería algo menor porque en el tramo en el que se pretende actuar están también el colegio Sagrada Familia y la oficina de Correos, que ocupan gran parte del espacio, pero la vía es una de las más transitadas de la ciudad. 

«Entendemos que la obra en algún momento habrá que hacerla, pero precisamente ahora nos dejaría muy tocados. El año pasado ha sido muy malo y las previsiones para el actual no son mucho mejores», aseguran desde librería Estudio, que dentro de la crisis que atraviesa todo el pequeño comercio y la hostelería local se consideran «afortunados», ya que el confinamiento ha disparado la lectura. «El último trimestre ha sido bueno en ventas aunque no salvó el año porque es imposible recuperar los meses que hemos estado cerrados. Ahora en la calle se percibe mucha incertidumbre y creemos que lo más razonable sería postergar la reforma hasta que se vea más luz al final del túnel». 

La disparidad de comercios que hay en la zona, hace que sea casi imposible ponerse de acuerdo sobre la fecha menos mala para acometer las obras en el supuesto de que el Ayuntamiento decida seguir adelante con su plan.  Para las tiendas de ropa, lo mejor sería después del verano y antes de la campaña navideña, pero la librería se quedaría sin las ventas de la vuelta al colegio. «En otras circunstancias nos adaptaríamos a cualquier decisión porque el perjuicio es temporal, pero ahora mismo no podemos perder ni un cliente», sentencian.