Estudiar en los colegios de la ciudad de Burgos o estar empadronado en el municipio. Esos son los requisitos para que los escolares que cursan tercero de Primaria (8 años) para obtener un bono de fomento de la lectura para canjearlo por literatura (no valen libros de texto, de consulta o material escolar). Cada estudiante recibe un tique por valor de 22 euros que debe gastar en las librerías adheridas a la iniciativa que el Instituto Municipal de Cultura estrenó el año pasado, impulsada por Ciudadanos.

En esta segunda edición el bono se ofrece a 1.963 menores, por lo que el IMC dedica una partida de 43.186 euros, cantidad que forma parte del convenio que el Ayuntamiento firma con la Asociación Provincial de Libreros.

«Queremos incentivarles en la lectura, que los chavales sientan la necesidad de leer. Y podrán hacerlo canjeando sus bonos hasta el 26 de febrero en condiciones normales», apuntó la presidenta del IMC, Rosario Pérez Pardo aludiendo a la posibilidad de que hubiese que ampliar el plazo si se decretase algún tipo de cierre o confinamiento por la pandemia.

«En su primera edición la iniciativa llegó a más de un 90% de la población diana. Esto significa que nueve de cada diez escolares que recibieron el vale hicieron uso de él. Un balance más que satisfactorio que en esta ocasión esperamos incluso mejorar», añadió Pérez Pardo.

Durante su intervención la presidenta del IMC respondió a las críticas de Podemos sobre la dejadez del Ayuntamiento con respecto al Instituto de la Lengua. Según Pérez Pardo, el IMC mantiene una «buena relación» con la institución, de la que por otro lado «no hemos recibido quejas». «Estamos muy interesados en colaborar porque la consideramos muy válida», precisó.