Líquido Teatro refresca la rebeldía y dilemas de 'Antígona'

I.L.H.
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El grupo actualiza la tragedia de Sófocles para hablar de cómo ejercer el poder, la importancia de acatar o desobedecer, y del papel de la mujer. Lo estrenan los días 7 y 8 de diciembre

La compañía ensaya estos días en La Parrala. A la izquierda, el director, Juanjo Cuesta, y a su lado los intérpretes Miren San Martín y Fran de Benito. - Foto: Patricia

De dilema en dilema. En un equilibrio inestable se presenta Antígona, la tragedia griega de Sófocles que parte de la disyuntiva de la sobrina del rey, que no sabe si enterrar a su hermano y desobedecer la ley de la ciudad o acatar lo que dice Creonte y desobedecerse a sí misma. En medio de este aprieto está también el conflicto familiar y la transgresión de algunas leyes. Al mismo tiempo el drama del siglo V a.C. habla de cómo ejercer el poder mientras presenta la rebeldía de la mujer en un contexto de hombres.

«En Antígona todas las personas están cargadas de razón. El autor nos interpela como profesorado, progenitores, jefes, estudiantes, hijos o subordinados y seguimos dudando sobre lo que haríamos en esas mismas circunstancias. Nos habla de la importancia de ser rebelde y a la vez de la necesidad de obedecer...», sostiene el director, Juanjo Cuesta.

Para plantear tales interrogantes, Líquido Teatro se enfrenta a Antígona «de una manera actualizada, contemporánea y fresca». «Lo hacemos respetando la dramaturgia del autor, pero revisando todo aquello que no es comprensible en el siglo XXI», apunta mientras señala la «poda» que han realizado a los dioses griegos y el uso de un lenguaje más cercano: «Respetamos al autor, pero también al público. Lo resumimos y somos fieles al texto aunque con giros, semántica y referentes de hoy en día. Que nadie se pierda ni en una sola réplica».

Fresco el texto y fresca la representación, porque Líquido Teatro apuesta siempre por una interpretación directa y una puesta en escena a nivel plástico que seduzca tanto al oído como a la vista.

Creonte como mujer. El espectáculo pretende desacreditar el género y plantea un discurso feminista. No solo al hablar de la rebeldía de la mujer (que hasta esa época ni siquiera podía acudir al teatro como público), sino también al elegir a una actriz para interpretar el papel del rey Creonte. ¿No se hacía acaso lo contrario con los personajes femeninos? 

La Antígona de Líquido habla de la democracia y la familia y de alguna manera nos lleva a pensar en la crisis de estas instituciones, pero también en la memoria histórica, la intransigencia e indulgencia, el trato a los vencidos, la religión o los muertos de distintos grados. Después de jugar con la comedia de El sueño de una noche de verano, de Shakespeare, y adentrarse en el drama de Lorca La casa de Bernarda Alba, los días 7 y 8 de diciembre estrenan esta tragedia griega en el Principal: «Es una oportunidad para el público y para nosotros, porque en Burgos no hay muchas opciones de visitar este tipo de obras».