Para todo el pueblo

ADRIÁN DEL CAMPO
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Estrella Pérez realiza la compra a los 80 vecinos de Fuentenebro para evitar que se expongan viajando a Aranda

Estrella Pérez García, en pleno reparto de las compras hechas en Aranda. - Foto: DB

Cuando estalló la crisis sanitaria del coronavirus, Estrella Pérez García pensó desde el primer momento en sus vecinos de Fuentenebro. Este pueblo ribereño tiene censados poco más de cien habitantes, pero en la práctica son unas 80 personas las que viven en el municipio, la mayoría de ellos, como en tantas zonas rurales, personas mayores. Ante el riego que para ellos supone el COVID-19 y con la idea de evitar que se expusieran innecesariamente, Estrella Pérez, una de las más jóvenes de la localidad con 37 años, fue casa por casa preguntando a sus vecinos qué necesitaban. Unos le respondían que unas naranjas, otros que mascarillas… 

Tras recopilar la información, se le ocurrió ir un paso más allá y centralizar las compras de toda la población. Ella misma se encargaría de hacer una lista con los recados de todo el pueblo, coger el coche, algo necesario para muchos productos al carecer Fuentenebro de tiendas, cargar todos los encargos y volver al pueblo para repartirlos. La propuesta gustó entre los vecinos y desde la pasada semana Estrella Pérez está prestando este servicio solidario y altruista.

A partir de ahí tocó llevar la idea a la práctica. Lo primero fue hacer la lista de la compra. Los vecinos que pueden se la envían por whatsapp y los que no se la cuentan por teléfono, aunque con otros, los más mayores, no le queda otro remedio que ir puerta por puerta cogiendo los encargos. Una vez con la lista hecha y el dinero recibido, Estrella llama a los proveedores para avisarles de lo que necesita. Así evita desplazamientos en balde y reduce el tiempo de contacto. 

El siguiente paso es desplazarse a Aranda. Estrella ha establecido dos viajes por semana, uno para ir a los almacenes donde ha unificado las compras de productos de higiene y frutería  y otro para ir a la carnicería. "Necesito centralizar lo máximo posible", apunta. Una vez con toda la compra hecha, admite entre risas que va con el coche lleno y casi a dos ruedas. Ya en el pueblo, realiza el reparto puerta a puerta y demuestra que con voluntad se pueden hacer muchas cosas, incluso la compra de todo un pueblo.