El especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Vicente Priego ya está al frente del servicio de Urgencias del HUBU con el reto de reorganizar a una plantilla que no para de perder médicos (el déficit ya es de 12 efectivos sobre un total de 35, según datos oficiales de diciembre de 2020) y, también, el de captar nuevos especialistas. 

«Ahora, vamos a intentar aguantar las Navidades y, a partir de ahí, a ver si podemos incorporar cosas que se estén haciendo en otros hospitales y, sobre todo, cambiar la forma de trabajo: no se puede mantener la dinámica que se tenía cuando eran 40 con doce menos», avanza Priego, quien llega al HUBU con una trayectoria de casi 25 años en Emergencias Sanitarias de Sacyl. 

Es un servicio con gerencia propia y también con escasez de médicos (en Burgos tenían que ser seis y ahora se quedan tres), por lo que hasta el pasado viernes no firmó la comisión de servicio para que Priego pueda trabajar en el complejo asistencial de la capital. Pero lo hace con categoría de subdirector médico, por lo que, en principio, no pasaría consulta. Es muy infrecuente que un coordinador de Urgencias no compagine la gestión con la asistencia y, de hecho, Priego señala que buscará la forma de poder hacerlo.

Para las próximas semanas ya tiene planificadas visitas a las urgencias de otros hospitales -de la Comunidad y de fuera- para conocer cómo trabajan y ver qué se puede incorporar al HUBU para mejorar la atención en Urgencias, en un momento en el que la actividad ha vuelto a valores prepandemia (unas 400 consultas diarias), pero la plantilla de médicos ha menguado de forma significativa. «Pero hay gente joven, con muchas ganas, y profesionales buenísimos», subraya el especialista, que llega con ganas y con un optimismo adquirido tras 25 años de carrera en Emergencias. «Trabajamos en un ambiente muy hostil, vemos morir a mucha gente, pero siempre pienso que yo sigo vivo», concluye.