Los métodos para seguir las clases han ido evolucionando con el paso del tiempo y si la tecnología cada vez estaba más presente, las nuevas herramientas se han implantado aún más desde la pandemia. Eso también puede añadir un coste ‘extra’ a las familias. Puede que haya quien necesite una tablet o un ordenador para empezar el curso, aunque en pocos centros resultan actualmente obligatorios. Fernando Corral, de Universitas Informática, asegura que el ‘boom’ para comprar aparatos de informática necesario para los alumnos se vivió el año pasado y que lo más habitual son las tablets, que se suelen emplear en cursos más bajos y su coste medio se sitúa entre los 150 y los 200 euros. En cambio, los ordenadores ya suelen utilizarlos más los universitarios y su precio se sitúa en unos 500 euros. Aunque los libros y materiales tradicionales siguen siendo mayoría, cada vez hay menos miedo para introducir nuevas herramientas en el aula.

Sí hay diferencia entre los libros interactivos y tradicionales, tal y como explica Javier Pérez, de Escuelas Católicas. En su caso concretamente, afirma que en Sexto de Primaria, que tienen libros digitales, les costará 133 euros. Mientras, en Segundo de Primaria que aún no pueden emplearlos tendrán que gastar en los libros   de siempre 206 euros. En ciclos de grado medio, como por ejemplo es el de informática que tienen todo con material propio le costará 28 mientras que a otros como marketing les saldrá por 130. «Si la familia quiere comprar el libro en papel además del digital pues ya se dobla», manifiesta. Para verlo de una forma más clara, expone que en Primero de la ESO el libro digital de Biología y Geología cuesta 13 euros y el libro en papel alcanza los 27. Lo mismo ocurre con el de matemáticas, que vale 13 y llega a los 30 si se opta por lo clásico. «Hay mucha variedad, pero sí vamos avanzando hacia el libro digital». Unos colegios optan por portátiles, otros por tablets y otros por iPads. Opciones que, aunque supongan un desembolso, se aprovechan varios años.

Elena Sardiñas, de la Federación Católica de Madres y Padres, cree que ya está muy presente la utilización de las tecnologías en el aula y que cada vez resulta más habitual que los profesores desarrollen su propio material.