El problema detectado en el hospital no tiene paralelismo en las dependencias de Sanidad a las que acuden cada año miles de mujeres de entre 45 y 69 años para realizarse voluntariamente una mamografía y detectar precozmente un posible cáncer.

En este sentido, el responsable de la delegación territorial de Sanidad en Burgos, José Antonio Miranda, explicó que en los cuatro primeros meses de 2014 se han realizado 4.483 mamografías y señalaron que la demora para la realización de la prueba es de «tres o cuatro meses en la capital y algo menos en las otras tres unidades de la provincia: Aranda, Miranda y Villarcayo». Unos plazos que, según destaca Miranda, son «parecidos» a los de otros años

En cualquier caso, el funcionamiento de este servicio es distinto al del hospital porque Sanidad no cita a nadie por un motivo concreto, sino que envía cartas a la población diana (mujeres de entre 45 y 69 años) para que se sometan a la prueba de manera voluntaria y con el objetivo de prevenir el cáncer. Y si deciden hacerlo y el resultado es negativo, Sanidad volverá a enviarles una carta transcurridos dos años para que, si quieren, se repitan la prueba. Según datos oficiales, el porcentaje de participación es de un 79,15% en este momento.

Y, de hecho, hace casi un año que el Ministerio de Sanidad y los consejeros de las distintas comunidades autónomas llegaron al acuerdo de unificar criterios y homogeneizar las edades de las poblaciones diana. Esto significa que en Castilla y León, una vez que el ministerio lo apruebe, la edad para poder realizarse la prueba preventiva por primera vez se incrementará en cinco años: en lugar de hacerlo desde los 45 será desde los 50 años. Este cambio se anunció hace varios meses pero, según Miranda, no ha tenido repercusión en este sentido. Es decir, no se ha percibido que haya más mujeres de entre 45 y 50 años haciéndose mamografías preventivas por si acaso hay un cambio en la normativa y no puede hacérselas por criterio de edad.