Miranda y su hospital se quedaron sin Médicos Internos Residentes (MIR) en 2017, cuando terminaron los últimos. La pérdida de estos profesionales en formación se ha tratado de solventar desde entonces. En este 2020 se ha conseguido y el próximo mes de octubre se espera que diez facultativos empiecen en el centro hospitalario, dentro de la especialidad de medicina familiar y comunitaria. El anuncio lo hizo el Observatorio por la Sanidad y uno de sus portavoces, Eloy Navarro, sostuvo que la llegada de estos refuerzos se produce "coincidiendo con nuestras demandas de mejora de la sanidad pública en la ciudad".
La cifra es superior a la que se había anunciado y en el colectivo se entiende que es una gran noticia, puesto que estos MIR pueden terminar quedándose ya sea en Atención Primaria como en el hospital. "Miranda es una ciudad acogedora", afirma Navarro que destaca que "si luego eres capaz en Urgencias o en otros puntos de ofrecer un buen contrato se pueden quedar". Este sería el final de los cuatro años de formación. El comienzo se espera para octubre, aunque por parte del Observatorio indican que la primera idea era que la incorporación fuese en junio, una fecha que no se cumplió debido a la pandemia que retrasó su llegada unos meses.
El aterrizaje de los residentes, al ser dentro de la especialidad de medicina familiar, no ayudará directamente a cubrir las necesidades en especialidades como Dermatología. "Hacer lo posible para que la plantilla de facultativos este completa es uno de nuestros objetivos", recuerda Navarro, que asume que si el hospital por sus dimensiones y su capacidad tiene dificultades para atraer a los profesionales "igual hay que dar concesiones como que el año de trabajo en Miranda para su carrera profesional valga el doble", indica el portavoz, que apuesta por este tipo de políticas al igual que acabar con las concesiones privadas para que los profesionales opten por lo público.
Otra "buena noticia" de la que habló el Observatorio es la instalación de los equipos para realizar pruebas PET-TAC, que hasta el momento solo estaban en Salamanca, con lo que se obligaba a enfermos oncológicos a desplazarse a hasta la otra punta de la comunidad. Para ello se había pedido poder acudir al País Vasco, aunque apuntan a que pronto se instalará en Burgos, todo lo necesario para realizarlas en la capital. "Estas son las cosas que necesitamos", afirma Navarro, que remarca que "la única manera de conseguir cosas es poner el pie en la puerta".
Manifestación. Las buenas noticias no hacen bajar la guardia del colectivo, que ha convocado para el próximo lunes una concentración frente al Centro Administrativo de la Junta de Castilla y León a las 20.00 horas. En ella se recalca que se tendrán que garantizar las medidas de seguridad, con la distancia y el uso de la mascarilla como puntos principales. Respecto a los motivos para manifestarse, en el Observatorio critican una carta que recibieron del director general de planificación y asistencia sanitaria "que bien tendría que estar en un monólogo porque es esperpéntica".
En ella se defienden medidas que se han tomado por el efecto de la pandemia, como es la atención telefónica. Precisamente denuncian que continuar con esta atención supone una pérdida de calidad del servicio. Además tampoco entiende por qué una vez pasado lo peor de la pandemia se continúa con este sistema que entienden que hace unos meses estaba justificado pero que ahora ha perdido validez.