Un Centro Internacional de la Vidriera junto a La Estación

R.L.
-

El pionero Centro Internacional de la Vidriera Española recibe el respaldo científico del CSIC y las sociedades española y europea de la cerámica. Ocuparía el edificio de ladrillo que hay junto a La Estación. Su coste ascendería a unos 6 millones

Tendría dos plantas y albergaría una sala de exposiciones permanentes y temporales con vidrieras originales en una zona que ejercería de cámara negra con espacio para la luz natural y artificial, espacios para la investigación, conferencias, talleres, almacén y una biblioteca especializada. El edificio pertenece al Consorcio del Desvío del Ferrocarril y los primeros pasos irían encaminados, por tanto, a negociar con el propietario del inmueble. Su construcción y equipamiento ascendería a unos 3 millones de euros, que sumados al valor de la parcela, elevaría el coste total a alrededor de 6 millones. El proyecto está impulsado por la investigadora de la Universidad de Burgos Pilar Alonso, y cuenta con el respaldo de tres institutos del CSIC, la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio, la Sociedad Europea de Cerámica, un laboratorio de la universidad portuguesa de Évora y la UBU. "Es perfectamente viable desde el punto de vista científico", ha destacado María Ángeles Villegas, representante del CSIC, que ha pedido la "apuesta y patrocinio directo" de entidades tanto privadas como públicas. Esta iniciativa se enmarca dentro del VIII Centenario de la Catedral. Esta efeméride podría redondearse con la restauración de las vidrieras de la Seo y la recuperación de las originales que desaparecieron. Sería un centro pionero en la Península, y ya hay otras ciudades tanteando esta misma posibilidad. Países como Inglaterra, Francia o Alemania cuentan con talleres vidrieros permanentes en ciudades vinculadas a sus catedrales. El hecho de que sea Burgos quien acoja este centro de referencia internacional viene avalado por el vidrio medieval burgalés que fue realizado con una técnica única y por la importancia que adquirió la urbe a finales del siglo XV y principios del XVI con talleres estables que fabricaban para el centro-norte peninsular.