Casa con vistas a una escombrera

R.C.G.
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Los vertederos ilegales proliferan en el entorno de la ciudad, desde Las Matillas o Arce hasta en parajes naturales y polígonos

En el polígono de Bayas se ha descubierto recientemente un vertedero ilegal. - Foto: Jesús J. Matí­as

Las personas que salen a pasear por el entorno de la ciudad ya están tristemente acostumbradas a encontrarse vertederos ilegales en sus caminatas. Pocos parajes se libran de este grave problema medioambiental, al que además, no es fácil poner solución porque es casi imposible sorprender a los infractores en plena actuación. El riesgo de recibir una elevada multa tampoco frena a los que comenten este tipo de delito, que en la mayor parte de casos queda sin sancionar por no poder identificar a los autores. 

Esta misma semana se han formulado dos denuncias por escombreras. En la zona conocida como El Prado, al parecer un vecino arroja cascotes y los tapa con lonas, mientras que en el polígono de Bayas hay un punto en el que se acumulan desde hace tiempo todo tipo de residuos. En la montaña de basura es posible encontrar desde un sofá viejo o azulejos hasta botes de pintura, neumáticos, botellas de plástico o cajas de madera. 

Son los casos más recientes, pero no los únicos. En las redes sociales proliferan los mensajes ciudadanos que alertan de la presencia de escombreras. Una mirandesa incluso subió hace poco imágenes con varias bolsas llenas con la basura que ella misma había recogido por el paraje de La Arboleda. Poco antes otra persona había hecho lo mismo en las lagunas de Suzana, uno de los sitios que históricamente ha sufrido el problema de los vertederos ilegales. De hecho, hace un par de años la Fundación Oxígeno llevó a cabo una campaña de concienciación para proteger el humedal, de gran valor ecológico porque en el mismo anidan decenas de aves, y en solo una hora retiraron más de doscientos kilos de basura. 

Algo similar ocurre en casi todas las pedanías o en el monte de San Juan, donde algunos han optado por descartar los restos de obras menores acometidas en sus domicilios en las cunetas de la carretera o a escasos metros de la misma, en lugar de hacerlo en el Punto Limpio. 

Pero no hace falta irse tan lejos para encontrar vertederos ilegales, ya que la subida a La Picota ha aparecido alguna vez ‘decorada’ por montañas de escombros, aunque desde la recuperación del Castillo y del propio cerro se han incrementado las visitas por lo que esta práctica se ha reducido. 

En Bardauri, en el camino a las canteras han arrojado electrodomésticos viejos, y en Las Matillas simplemente con dar una vuelta por el  barrio es sencillo encontrar basurales improvisados. En La Nogala, un solar próximo a los últimos edificios construidos, hay más de un punto, en el que escondidos entre la maleza, se localizan todo tipo de objetos y cascotes. 

Tampoco el polígono de Ircio se libra de este problema medioambiental. El buque insignia de la recuperación industrial de la ciudad  garantiza cierta impunidad ya que es difícil ser sorprendido, al tener poca actividad, aunque es precisamente a escasos metros de Stinser, una de las plantas que está operando, donde se pueden encontrar los vertederos ilegales más grandes. 

Limpieza en Arce. Mucho más complicado es acceder a una finca de Arce en la que a finales del año pasado su propietario encontró una enorme escombrera. Para llegar es necesario hacerlo a través de un desvío sin asfaltar que parte del camino que conduce a la depuradora y que suele estar embarrado, pero hasta allí habían llevado muebles, ladrillos o carros metálicos. El Ayuntamiento procedió a su limpieza y por ahora lo han respetado, aunque en la entrada del camino ya hay dos lugares en los que han depositado bolsas con escombros.