La seguridad viaja en transporte público

I.E.
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Policías de la Brigada Móvil viajan en trenes y controlan la estación de autobuses en busca de terroristas, reclamados judiciales, traficantes y pequeños delincuentes. DB comparte una de sus rutas

La seguridad viaja en transporte público - Foto: Luis López Araico

Diez de la mañana en la estación Rosa de Lima. El subinspector Mata y los agentes Cristina y Carlos mantienen una breve reunión de trabajo con Agapito Hurtado Fernández, inspector jefe de la Brigada Móvil de la Policía Nacional. Lo hacen en una oficina improvisada que les ha cedido Adif en la primera planta debido a que el moho ha pudrido los techos y paredes de su sede como consecuencia de las goteras. El espacio es más reducido pero no se quejan. Además, disfrutan de unas «buenas vistas» y disponen de una terraza que no usarán mucho porque se pasan la mayor parte de la jornada en ruta, vigilando los andenes o la sala de espera y controlando la terminal de autobuses de la calle Miranda.

Esa es su misión, velar por la seguridad en infraestructuras críticas como las estaciones de ferrocarril y autobús y controlar a sus pasajeros. Están al acecho de cualquier tipo de delincuente, desde terroristas a traficantes, pasando por descuideros, prófugos de la Justicia, extranjeros indocumentados o estafadores. Tras varios años en el mismo destino poco tienen que decirse antes de emprender viaje, pero hace quince días que han llegado unos nuevos iPads con una aplicación que les permite comprobar la hoja de antecedentes de cualquier ciudadano con solo teclear su nombre. Se están haciendo poco a poco a su funcionamiento y ese es el tema principal del ‘briefing’.

Tras ello, Mata, Cristina y Carlos -que van de paisano- echan a andar hacia los andenes. A las 10,26 para el Alvia procedente de Madrid con destino San Sebastián y suben a uno de los vagones. Comienza el trabajo de campo, que consiste en observar rostros y pedir documentación si despiertan sus sospechas. Para hallar al malo entre tantas caras, «es primordial la experiencia y el olfato policial», ha explicado antes el inspector jefe. Los policías viajan siempre de tres en tres. ¿Por qué? Dos se mueven por el pasillo. Mientras uno de ellos filia al viajero que ha seleccionado el otro le da cobertura de cerca «por si hace algo extraño». El tercero, mientras, observa desde la distancia por si algún otro pasajero «se levanta o se desprende de algún efecto alertado por la presencia de los agentes». En ocasiones, «descuideros, camellos o estafadores viajan en grupo pero separados, una circunstancia a la que también hay que estar atento».

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