Hace tres semanas promovió la subasta de una enorme extensión de terrenos en Fresdelval. Hace dos sacó por la vía judicial la antigua Piedras y Mármoles, al final de la calle Madrid, que constituye probablemente la más fea de las entradas a la ciudad. Y hace unos días se ha publicado, también por su iniciativa, la puja por casi 10.000 metros de terreno en el Molino Ramón, límite entre Villalbilla y Burgos capital. La Sareb está demostrando en los últimos tiempos una inusitada actividad respecto a sus propiedades burgalesas, y viendo la cantidad de activos que todavía posee no sorprende que trate de quitárselos de encima.

La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria es una sociedad de anónima a la que se encomendaron las propiedades de las entidades de ahorro que en su día fueron nacionalizadas o que se sometieron a fusiones durante la anterior crisis económica.  Rápidamente bautizada como el ‘banco malo’, fue creada en 2012 con el objetivo de hacerse cargo de pisos, locales, naves y solares de difícil salida en el mercado o provenientes de empresas quebradas que a su vez estaban hipotecadas en bancos y cajas con mala situación financiera.

Ocho años después, la Sareb todavía conserva una enorme cantidad de bienes en toda España que en el caso de la provincia de Burgos ronda los 1.200, de los cuales están en fase de comercialización un total de 451.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)