Este 2020, los protagonistas son los juegos de mesa (como el Trivial), los puzzles grandes (de 2.000, 3.000 y hasta de 5.000 piezas), las construcciones (Lego) y las manualidades, pensados todos ellos para pasar largos ratos en familia y en el hogar. Es la resaca de los confinamientos y el temor a que en 2021 continúe. A diferencia de otros años, hay menos protagonismo de los juguetes ligados a la grandes sagas de películas y series de televisión («las americanadas», como se las conoce en el gremio), aunque el Yoda de Star Wars casi ya está agotado y un personaje tan tradicional en los videojuegos como Mario Bros ha vuelto a la actualidad. 

«En tiempos de crisis se tiende a volver a los juguetes clásicos», explica el gerente de Juguettos, que achaca a esta dinámica el éxito de las muñecas Nancy (este año con mascarilla) o los bebés reborn ultra realistas, así como toda la parafernalia de sillas, cunas y complementos.

Hay también un aumento del producto unisex. En este sentido, programas como MasterChef Infantil han animado a los niños a jugar con imitaciones de electrodomésticos de cocina y del hogar, aunque exclusivos de las niñas. En el lado contrario, la mujer empieza a utilizar juguetes técnicos y construcciones.  

Pese a ser un año marcado por la salud y la sanidad, no abundan los juguetes que tengan alguna referencia con la pandemia.

Seguridad. Las jugueterías mantienen su aforo restringido, las distancias y la obligatoriedad de mascarilla y gel desinfectante en los accesos. En el caso de Chapero han optado por no envolver los regalos para evitar las aglomeraciones: se adjunta el papel de regalo correspondiente a cada juguete. «Si hay que hacer cola en la calle para respetar el aforo se hace, los clientes están siendo muy respetuosos», dice Alicia Rocher.