El trofeo de los mil cambios

Diego Izco
-

Ideada en el 36, firme en los 40, recuperada en el 82... la Supercopa sobrevive de cualquier forma

El conjunto merengue venció en Yeda el año pasado al ‘Atleti’ en los penaltis. - Foto: Juanjo Martí­n

Capaz de aparecer y desaparecer, de adaptarse a nuevas fórmulas, de ser veraniega o invernal, de entregar el premio a doble partido o a partido único, de jugarse entre dos o cuatro equipos, de cambiar de nombre, de adoptar a subcampeones si el nombre del campeón era el mismo en Liga y Copa, de pasar de obligación tórrida en plena pretemporada a juguete lucrativo patrocinado por el petrodólar… La Supercopa de España, que esta semana entregará su  trofeo 37 bajo la actual denominación, es un camaleón en el calendario del fútbol patrio. Cambiante e inestable. Casi volátil desde el mismo momento en que fue concebida.  

Fue iniciativa de Josep Lluis Núñez, presidente del Barcelona en 1982, recuperar aquel torneo que medía las fuerzas de los dos campeones nacionales, liguero y copero. Pero la idea data de 1936: Bernardo Salazar, uno de los primeros historiadores de prestigio de nuestro fútbol, propuso que los campeones de Liga (el Athletic de Bilbao) y de la Copa (Madrid Foot-Ball club) jugasen para definir quién era «el supercampeón»… Pero estalló la Guerra Civil y el invento tuvo que esperar a 1940 para incrustarse en el calendario. Entonces fue la Copa de los Campeones, al año siguiente la Copa Presidente, en 1946 la Copa Argentina… y solo adquirió oficialidad de 1947 a 1953, con las siete ediciones de la Copa Eva Duarte. Sí, la mujer del presidente Juan Domingo Perón, que donó el trofeo del campeón durante su visita a España hace ya 74 años. 

la desaparición. Con el fallecimiento de ‘Evita’ (26 de julio de 1952, todavía día de lágrimas en Argentina) desapareció el donativo; y, sin trofeo, desapareció también un torneo que no había logrado enganchar al público futbolero español, máxime cuando las dos últimas ediciones no se disputaron porque el Barça había firmado el doblete Liga-Copa y fue proclamado ‘supercampeón’ de forma automática. 

Cristiano, perseguido por Piqué en la última final que jugaron Madrid y Barça, en agosto de 2017.Cristiano, perseguido por Piqué en la última final que jugaron Madrid y Barça, en agosto de 2017.Treinta años después, en efecto, fue Núñez quien propuso recuperar la competición. La idea encontró un fuerte apoyo en la Federación Española de Fútbol, encargada de velar por el torneo desde entonces… pero no enraizó entre los clubes; de hecho, solo se disputaron cuatro de las primeras ocho ediciones (que se jugase en mitad de la temporada no ayudaba a encontrarse acomodo en el calendario). En 1984 y 1989, Athletic y Real Madrid, respectivamente, habían hecho ‘doblete’ y no hizo falta jugar el torneo; y en 1986 y 1987 Zaragoza y Real Madrid no llegaron a un acuerdo de fechas y el ‘premio’ quedó desierto.  

 

Revoluciones

Para dotar al torneo de mayor protagonismo, la RFEF ha ido introduciendo novedades paulatinas en el último cuarto de siglo: desde llevárselo a final de pretemporada (1994), incluir al subcampeón de Copa en la disputa si un equipo lo había ganado todo el año anterior (1996) o enormes revoluciones relacionadas con el patrocinio. Pocos recuerdan, por ejemplo, un acuerdo alcanzado en 2012 entre la Federación y la empresa gestora del Estadio Nacional de Pekín para que la Supercopa se disputase de 2013 a 2020 a partido único en China... algo que, con la oposición frontal de Barça y Madrid, no sucedió. 

Lo que Villar no logró sí lo introdujo finalmente Rubiales: en 2018 se restableció el partido único y se disputó la primera Supercopa fuera de España, en el estadio Ibn Battouta de Tánger (Marruecos). Fue solo el preámbulo del gran acuerdo económico: tres ediciones consecutivas en Arabia Saudí a cambio de unos 120 millones de euros. El estreno, en enero de año pasado en el King Abdullah Sports City de Yeda, fue, asimismo, la primera edición liquidada con el formato ‘Final Four’: semifinales y final. El Real Madrid venció al Atlético en los penaltis. Segunda y tercera, por culpa de la pandemia, tendrán que esperar.