Nuevos hábitos de movilidad reducen un 3% el tráfico urbano

L.M.
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El tránsito de vehículos descendió el año pasado en 26 de los 32 medidores que utiliza el Ayuntamiento. El mayor uso de la bicicleta y del transporte público explican la disminución de coches en las calles

Nuevos hábitos de movilidad reducen un 3% el tráfico urbano - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Si hace una década la disminución del tráfico en las vías urbanas de la ciudad era consecuencia de la crisis económica, ahora, después de unos años de un cierto dinamismo económico y de un incremento en los movimientos de vehículos, se percibe una nueva caída que, en esta ocasión, obedece a razones bien distintas. En el área de Tráfico del Ayuntamiento de Burgos explican que la creciente «cultura» por unos hábitos de movilidad más sostenibles está detrás de que por la capital se movieran el año pasado alrededor de un 3% menos de vehículos que en 2017.

El área de Tráfico del Ayuntamiento controla la intensidad de vehículos por hasta 32 zonas de la ciudad. En todos estos puntos se contabilizaron, de media, el paso de casi 205.000 vehículos al día. En el análisis de los datos recopilados se advierte, además, que en 26 de ellos se registró un tránsito menor que un año antes. Solo en 6 se produjo algún tipo de repunte (ver información complementaria).

Fuentes de este área municipal aseguran que la principal explicación a la caída se encuentra en que cada vez son más los burgaleses que apuestan para moverse por la ciudad por medios alternativos al coche. El auge en «el uso de la bicicleta» y en menor medida de los patinetes eléctricos ha sacado turismos de la vía pública. Pero también lo ha hecho «la mejora en los itinerarios de los autobuses urbanos», apuntan. Y eso que aún no se ha puesto en marcha la nueva red de líneas que la legislatura pasada consensuaron el PP y el PSOE y que ahora, aunque también con el apoyo de otros grupos políticos, deberá sacar adelante el nuevo Gobierno socialista. Un cambio que se confía que sirva para incrementar el uso del transporte público.

En el área de Tráfico también destacan que, de manera progresiva y a lo largo del tiempo, por parte de la Policía Local se está produciendo una «mayor vigilancia» y una «menor permisividad» hacia conductas que contravienen la educación vial. Es decir, la tolerancia hacia aquellos que, por ejemplo, estacionan mal su vehículo es cada vez menor y eso hace que cada vez los ciudadanos reduzcan sus desplazamientos en coche. Hace tiempo que no vale casi todo. También en relación con los horarios de carga y descarga existe un mayor control.

El caso más llamativo en el descenso del tráfico se encuentra en el medidor que Tráfico tiene al inicio de la calle Vitoria, junto al restaurante Ojeda. Si en 2017 se contabilizaba, de media, el tránsito de 11.609 vehículos al día, en 2018 la cifra había caído hasta los 8.331. Es decir, un retroceso del 28,3%. Eso sí, aquí la explicación se encuentra, en esencia, en el experimento que hizo el Ayuntamiento de restringir el tráfico de vehículos por la calle Santander los domingos.

La vía que más tráfico soporta de la ciudad sigue siendo la avenida de Cantabria. En el medidor situado en esta vía, en dirección a Santander (también hacia el polígono de Villalonquéjar), se contabilizó el año pasado una intensidad media de 18.195 vehículos al día.

El siguiente punto donde se registró un mayor tránsito de vehículos fue la avenida de Islas Baleares, por donde en el Ayuntamiento tienen constancia que cada día circulan cerca de 14.000 vehículos.

La ronda interior y, sobretodo, la circunvalación, también ha reducido de una manera importante el tráfico por el núcleo más urbano de la ciudad y lo ha desviado hacia estos grandes viales. Lo que provoca que la presencia de los atascos, según defienden, sea poco menos que anecdótico. Únicamente se produce alguna congestión cuando a última hora de la mañana coinciden los vehículos de los ciudadanos que salen de trabajar y los que van a buscar a los niños al colegio. Problemas muy puntuales, apuntan desde el Ayuntamiento, que no se prolongan durante más de 5 o 10 minutos.

El tráfico en el bulevar ferroviario no es de los más elevados, pero también es una vía que cada vez más utilizada. El tránsito de vehículos por este trazado oscila entre los 4.200 y los 6.700.

La estrategia en materia de movilidad y la tendencia marcada por Europa va encaminada a restringir al máximo posible el tráfico rodado por el interior de la ciudad. La apuesta por el transporte público, por las peatonalizaciones y por invertir en infraestructuras para poder transitar en bicicleta es una demostración de hacia dónde avanza la ciudad y a futuro se habla ya de la creación de carriles 30 y de ciclocalles y ciclocarriles. Medidas, estas últimas, que estaban incluidas en los programas electorales de las distintas formaciones políticas y que se espera que vayan implementándose.