El necesario arreglo del tramo de la carretera BU-130 que conecta con el casco urbano de Roa de Duero comienza mañana. Desde la Diputación de Burgos avisan a los usuarios de esta vía que este tramo va a permanecer cerrado al tráfico hasta el próximo 22 de abril. Mientras duren los trabajos en la zona, en las intersecciones de las carreteras cercanas se señalizarán los desvíos para evitar en la medida de lo posible trastornos a los conductores.

Estas obras se licitaron el pasado mes de mayo por un valor de 570.000 euros ante el riesgo de derrumbe de esta carretera, concretamente del tramo de calzada de acceso a la villa raudense entre el barrio de San Antón y la subida al Espolón. El pliego marcaba un plazo de ejecución de seis meses, que se va a ver claramente rebajado a menos de cuatro.

La solución elegida consistirá en crear un muro de revestimiento de escollera gruesa colocada en la mitad superior del talud, en unos 5 metros de altura y 60 cm de espesor. En la zona deslizada se dispondrá de un muro de revestimiento de más entidad, realizado también con escollera. Además, a lo largo de todo el pie del talud se colocará un murete de pie de escollera de 2 metros de altura con el fin de mejorar la estabilidad, sumando otras medidas correctoras como el drenaje del talud o la inclusión de elementos resistentes a deslizamientos.

Todo ello solucionará las actuales grietas de la calzada, en el carril izquierdo sentido Roa; la acera que está casi en el aire o los riesgos de desprendimiento. Los últimos deslizamientos en la zona alcanzaron unos 10 metros de longitud y se debieron en parte a las filtraciones y movimientos internos de aguas.