La edición de las 'Glosas silenses' por parte del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua arroja nuevas aportaciones a los estudios anteriormente publicados sobre este documento. En la presentación del trabajo realizada por los investigadores se ha dejado constancia de la nueva datación del manuscrito, que fechan en el año 1100 en lugar del 980 que defendía Menéndez Pidal. "El fundamento está en una epístola sobre el descanso dominical incluida en la que aparece firmada por un obispo en 1080", señala José Manuel Ruiz Asencio.
Otro aspecto que revelan es cómo llega el documento a Burgos desde Francia. El catedrático emérito de la Universidad de Valladolid defiende dos opciones: o que llegara a través de algún obispo que participó en el concilio celebrado ese año o a través del priorato La Chaise-Dieu al que estaba vinculado san Lesmes.
La tercera aportación tiene que ver con la vinculación del manuscrito a Burgos y la importancia de la provincia en su trayectoria. El profesor descarta que se copiara en Silos y también que se hiciera en San Millán de la Cogolla porque "no hay nada que se parezca a los documentos de esos monasterios". Su hipótesis es que "probablemente es un encargo que hacen para las bibliotecas en Burgos, y quizá lo realizaran los clérigos de la Catedral o los de San Pedro de Cardeña".
De todas formas no acaban ahí las novedades. La edición del Instituto de la Lengua incluye por primera vez la traducción al castellano del Penitencial que estaba escrito en latín. Lo ha hecho el profesor de la UBU Carlos Pérez, quien esta mañana ha descrito lo que cuenta ese documento: "Es un catálogo de pecados con su correspondiente forma de expiación, un catálogo para facilitar al clero el ejercicio de la penitencia". El profesor destaca "la amplia tipología de pecados de tipo sexual, en concreto 68, frente a los 16 sobre embriaguez o los 27 sobre la ingesta de alimentos en tiempos de Cuaresma".
"Esta edición es nueva y por ahora definitiva, porque las siguientes investigaciones tendrán que hacerse desde aquí", ha resumido el director del Instituto de la Lengua Gonzalo Santonja.