Villafría sigue en cifras pírricas tras un año de subvención

Á.M.
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La terminal burgalesa está a la cola de usuarios y destinos en la región pese a que Air Nostrum ha recibido 1,2 millones por una oferta estática

Villafría sigue en cifras pírricas tras un año de subvención - Foto: Alberto Rodrigo

Un año de dinero público después, el aeropuerto de Villafría sigue siendo el menos utilizado de toda la región. El pasado 1 de junio se cumplieron 12 meses desde que Air Nostrum, filial de Iberia, comenzara a operar los vuelos mejor subvencionados de la historia de la terminal burgalesa: 100.000 euros al mes por realizar tres frecuencias semanales con Barcelona como único destino. El cierre de los datos oficiales de mayo por parte de Aena acredita lo que venía siendo manifiesto desde que comenzara la operativa: la subvención de más de un millón de euros anuales no funciona.

Villafría ha registrado 6.721 pasajeros en lo que va de año. Salamanca, sin ningún tipo de subvención, ha logrado 8.110. León, con un aporte de dinero público igual al de Burgos y un acuerdo con la misma compañía, 27.549. Valladolid alcanza los 100.500. Burgos también estuvo a la cola de las cuatro terminales castellano y leonesas en 2018. Y si se toman como referencia los doce meses transcurridos desde el regreso de Air Nostrum (de junio del 18 a mayo del 19, ambos incluidos), Villafría sigue a la cola con 15.619 pasajeros.

Huelga decir que eso no sucede porque sí. Pasa porque en otros aeropuertos están siendo más eficientes en la gestión de sus recursos, así sean pocos, muchos o los mismos que Burgos. En Salamanca no entregan dinero municipal a ninguna compañía, pero sacan más rendimiento a su aeropuerto (Matacán). Tiene escuela de pilotos y es base para mantenimiento de aviones y helicópteros, además de para aviones de extinción de incendios. Air Europa opera un vuelo a Palma de Mallorca entre junio y septiembre y, a diferencia de Burgos, operan vuelos charter del Club de los 50 (apoyados por la Junta). Este año viajarán a Toscana, Noruega, Gran Canaria, Croacia, Rusia, Grecia (dos veces), Sicilia y Suiza. Desde Burgos no saldrá un solo avión de ese programa. A más, Aena invirtió en 2018 en mejorar sus pistas para convertirlo en un aeropuerto de referencia en el Oeste.

Pero quizás el caso que mejor explica cómo se gestiona aquí el dinero municipal es el de León. Allí también hay aportaciones públicas tanto del Ayuntamiento como de la Diputación. Tienen un contrato con Air Nostrum que cuesta prácticamente lo mismo que el de Burgos (106.000 euros mensuales), pero la diferencia está en lo que obtienen a cambio. Burgos tiene tres frecuencias semanales con Barcelona. Punto. León tiene cinco durante todo el año y conexiones con Mallorca, Menorca, Ibiza y Málaga en verano. Y así es cómo los números cantan. En los 12 meses del contrato con Air Nostrum, Burgos no llegó a los 16.000 pasajeros y León superó los 57.000. El triple.

Lo de Valladolid es otra película. Dotado de mejores instalaciones, ubicado en el centro geográfico de la región y apuntalado en una capital de más de 300.000 habitantes y las múltiples subvenciones que la Junta otorgó durante años a aerolíneas low cost, el aeropuerto de Villanubla tiene conexión diaria de Ryanair con Barcelona, línea que también opera Vueling cuatro días a la semana. Ryanair conecta además Valladolid y Sevilla, mientras que Air Nostrum vuela a Tenerife en los meses de verano. Ryanair, Vueling y Air Europa tienen conexión con Palma de Mallorca. Por cada viajero que mueve Villafría, Villanubla mueve 15. 

El acuerdo con Air Nostrum está residido en la sociedad municipal Promueve. Desde que se firmó el contrato no se han vuelto a producir reuniones con la aerolínea ni se han modificado los horarios o frecuencias. Lo único que se ha hecho es ir pagando mes a mes la receta de una medicina que mantiene comatoso al paciente pero no lo despierta.

las cuentas, «a lacalle». El acuerdo con Air Nostrum fue apoyado tanto por el PP como por el PSOE y Ciudadanos. El concejal ‘naranja’ que llevó la voz cantante de su partido en aquellas negociaciones (y del PP por asentimiento) fue Vicente Marañón, ahora portavoz ‘naranja’ y dueño de la llave de la gobernabilidad de Burgos (la moción que pretende el PP becesita su apoyo). «Las expectativas no se han cumplido y por tanto el sentimiento es de decepción. La única satisfacción que hemos tenido es lograr que el aeropuerto tenga vuelos. Lo peor es que no hemos evolucionado nada y la oferta, hoy, es la misma que teníamos desde el primer día», acepta. (Más información en edición impresa)