La cosecha de cereal crece pero no llega a las expectativas

S.F.L.
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Pese a que los agricultores burebanos esperaban mejor campaña por la profusión de lluvias, se han recolectado 5,5 toneladas de cebada por hectárea y 4,5 de trigo

La cosecha de cereal crece pero no llega a las expectativas

A falta de datos exactos, que se conocerán durante el mes de septiembre cuando todo el producto haya llegado a las cooperativas y almacenes, los agricultores de La Bureba hablan ya de una estimación de cosecha de en torno a las 5,5 toneladas de cebada por hectárea y de 4,5 de trigo, calificando a la campaña de «buena aunque no tanto como la que esperaban».

La abundancia de lluvias en el mes de abril, mayo y junio generó que la producción de trigo y cebada prevista para recoger a lo largo de la campaña aumentara más del 20% por hectárea con respecto a la de 2019, que fue un desastre como consecuencia de la sequía. Sin embargo, el hecho de que los campos de la comarca registraran cotas de humedad bastante más elevadas de lo normal hicieron aflorar los problemas en la cantidad como en la calidad del grano.

En cualquier caso, Javier Sagredo, gerente de la empresa Abonos y Semillas, ubicada en Briviesca, se muestra satisfecho de los resultados obtenidos. El vaticinio que formuló como experto en julio -antes de que comenzara la recolección- sobre el estado de la producción en general se ha cumplido.

En su día, Sagredo afirmó que la cantidad de cebada sería similar a la de un año normal, sin destacar por abundancia pero tampoco escasez, y que de media se recogerían aproximadamente entre 5.000 y 6.000 kilos por hectárea. Así ha sido. «Todavía falta por recontar algo pero son cifras mínimas», manifiesta. En cuanto a la producción de trigo ha resultado ser la esperada alcanzando las 4,5 toneladas. «No llega a ser tan buena como podría estar por las circunstancias de siembra, que se ejecutaron mal porque se iniciaron con mucho barro y humedad en el mes de diciembre y además tarde», explica. No obstante, la plantación de trigo no pudo llevarse a cabo en las mejores condiciones -se realizó con los terrenos muy embarrados y rebosantes de agua en diciembre- y esto ha provocado que este cereal se merme ligeramente. Por aquel entonces, la tierra presentaba unas malas condiciones por exceso de humedad pero el proceso para el cultivo de la cebada sí se pudo realizar durante los meses de enero y febrero, la época acorde.

Pese a que la cosecha ha resultado buena dónde verdaderamente se ha notado que la cantidad ha aumentado de manera significativa ha sido en zonas del sur de la provincia y de la comunidad Autónoma como en Valladolid, Palencia, Segovia, Ávila y Zamora. «Han recogido casi lo mismo que aquí, en el granero de España, algo poco común. En esos lugares han doblado la producción de un año normal», añade Javier Sagredo.

Las lluvias de verano generaron que la recolección se ralentizará, puesto que cuando cae agua el agricultor deja de trabajar y tiene que esperar uno o dos días hasta que se seque el campo para retomar el trabajo. «Estamos contentos con lo obtenido pero nos hemos llevado un poco de chasco porque las expectativas eran muy buenas», aclara el briviescano.

girasol. Cada vez son más los agricultores que cultivan girasol en la comarca. Se trata de una planta dura, que aguanta bien el calor y el agua y que resulta complicado que se llegue a estropear. Para la campaña de 2020, que comenzará en octubre, se espera recolectar unos 1.500 kilos por hectárea.