Los planetas de Jordi Mollá

Esther Gómez (EFE)
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El actor catalán demuestra su versatilidad a través de los pinceles, con obras llenas de color

Un autorretrato del intérprete titulado ‘Peace and be wild’. - Foto: Galería David Bardía

El Jordi Mollá pintor es un artista repleto de optimismo, luz y color. Este polifacético creador, además de actor y director, es un valorado acuarelista y retratista que expora en sus cuadros, de los que dice que «son un planeta», nuevos territorios llenos de imaginación y multitud de tonos.

Las pinturas de este versátil artista catalán, que ayer inauguró una exposición con 17 obras de temática floral y autorretratos en La Fábrica de Hielo en Marbella (Málaga), resultan tan abstractas y coloridas como reveladoras.

Inspiradas en cuadros que ya existen como bodegones antiguos y realizadas con una técnica propia, sus creaciones han nacido para «expresar lo bueno y lo bonito de la vida» en un momento en el que «ya hay bastantes cosas feas alrededor», destaca.

Al hablar de los autores que de algún modo están presentes en su universo pictórico se decanta por aquellos que considera «muy expresivos», como el estadounidense Julian Schnabel o el mallorquín Domingo Zapata, al que le une una profunda amistad y sobre el que está preparando un documental.

 

Alejado de España

A Jordi Mollá, afincado en Florida desde hace ya unos años, le gustaría volver a trabajar en España. Un «ojalá», acompañado por un suspiro no dejan la menor duda.

Pero España, cuna de grandes artistas e inspiradoras musas, no siempre es generosa con sus hijos y en más de una ocasión los deja marchar para lamentar su ausencia. Así, el actor, del que se dice es «el villano favorito de Hollywood», encara el futuro con tres proyectos en mente «muy interesantes», de los que rehúsa dar pistas porque aún están «flotando», señala, aunque lo que sí avanza es que se trata de propuestas que le mantendrán en EEUU algún tiempo más.

Como director, tiene pendiente dar vida a un guion que escribió durante la pandemia, que «habla del mundo en el que vivimos» y de cuestiones como «la monitorización continua».