Sebas Velasco, tocado por el Figurativas

ALMUDENA SANZ
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El concurso premia al pintor burgalés con una mención de honor y expondrá la obra en una colectiva en el MEAM de Barcelona en octubre

‘Wasted Years II’ es un óleo sobre lienzo de 1,20x1,62 metros con guiños al equipo de fútbol West Ham United.

Sebas Velasco se prodiga poco en concursos. El día a día se come todas las horas de su reloj. Pero en el último año han sido tantas, con la vida paralizada por culpa de la pandemia, que se ha lanzado a participar en alguno de los premios más relevantes a nivel nacional. Y con fortuna. Le seleccionaron en el prestigioso BMW, probablemente el mejor dotado de los que existen en la actualidad; fue finalista en el Parlamento de La Rioja, otro de los que ocupan el podio patrio; y con la varita mágica le ha tocado el Figurativas, el certamen convocado por la Fundació de les Arts i els Artistes, que va por su undécima edición y es una referencia para pintores y escultores que abrazan la figuración, donde ha conseguido una de las ocho menciones de honor.

El pintor burgalés está feliz. Por el reconocimiento, por conseguirlo en la primera vez que se presenta y por la altura del jurado que lo ha concedido, entre cuyos miembros aparece Antonio López. La pintura distinguida, Wasted Years II, se exhibirá en una colectiva con el resto de obras seleccionadas en el Museo de Arte Moderno (MEAM) de Barcelona entre el 8 de octubre y el 12 de diciembre.

«Ha sido una sorpresa. No me lo esperaba. Quizás sí que lo seleccionaran, pero no tanto como lograr una mención de honor. Pensé que se inclinarían hacia propuestas más clásicas», señala Velasco de camino a su estudio en San Sebastián, donde lleva asentado los últimos años, para preparar otra de las grandes citas que le esperan este otoño: una exposición individual en octubre en Londres.

Obra a tres en Tolosa, con Mihajlovic y Anunzibai.Obra a tres en Tolosa, con Mihajlovic y Anunzibai.Y es que Wasted Years II se aleja de esa línea y tira de iluminaciones eléctricas, contrastes entre pinceladas sueltas en los fondos y muy definidas en el motivo central, una temática y estética urbana...

En el cuadro, un óleo sobre lienzo de 1,20x1,62 metros, retrata a un amigo de San Sebastián, Javier Otaño Otis, que, apostilla, posa con una naturalidad que le ha llevado a tenerlo como modelo en más de una ocasión. «Los pintores enseguida vemos si alguien encaja y muchas veces más que unos rasgos físicos, que también, nos interesa el silencio que transmite la manera de estar».

Un modelo conocido, un paraje sugerente en el barrio de Eguía, donde tiene el estudio, y una silla en medio de un camino con unas tenues farolas al fondo. Todo parece fruto del azar. Pero todo está medido. Incluida la camiseta, de una tela sintética que refleja la luz de una manera determinada, y de un club británico modesto pero mítico: el West Ham United. «Con el título, que se puede traducir como años desperdiciados, quería jugar con esa ambigüedad y ese conflicto que se nos plantea a quienes nos gusta el fútbol, que somos conscientes del tiempo que gastamos con él y cuánto espacio se le da en los medios y en la sociedad, pero, a la vez, seguimos pendientes de él», se explaya y añade que en la elección también influyó que es el equipo de Steve Harris, líder de Iron Maiden, que llegó a jugar en sus categorías inferiores y al que hace un sinfín de guiños en sus conciertos y discos. Son todas las historias que esconde una pintura con premio. 

La calle, su otro lienzo: murales en Tolosa y en un festival en Extremadura

Pintor de estudio, pintor de calle. Tanto monta. Sebas Velasco combina sin distinción su obra en el caballete y en las paredes. Su rastro se pierde por urbes de distintos países, sobre todo europeos, pero también de Norteamérica y, por supuesto, en su ciudad natal. Una faceta en la que este año ha sido menos activo. La preparación de la exposición en Londres en otoño requiere casi todo su tiempo. Ese resto le ha llevado a hacer sendos trabajos en Tolosa y en Jarandilla de la Vera (Cáceres).

Hasta la localidad extremeña viajó en junio para intervenir en Muro Crítico, un proyecto «destinado a impulsar el diálogo entre el arte, la sensibilización y el entorno rural favoreciendo el encuentro entre los creadores y la población», que este año celebró su quinta edición con 15 artistas invitados, 10 de la tierra y cinco de distintas partes de España. Sobre una inmensa pared estuvo trabajando Velasco.

Y, a finales de julio y en un plan entre amigos, de los que le gustan al artista burgalés, dejó su impronta de nuevo en Tolosa. La visita de Nikola Mihajlovic, un colega de Belgrado, le llevó a realizar al alimón con él y con Xabier Anunzibai, otro viejo compañero de estas fatigas, una pequeña pintura a tres en otra de las paredes del pueblo guipuzcoano.