Antonio Caselli, dueño del Burgos Club de Fútbol y aspirante a presidir el River Plate, quiere traer la selección argentina de fútbol a Burgos. El nuevo responsable del club burgalés está en contacto con la AFA (Federación de Fútbol Argentina) para conseguir que el combinado albiceleste pase por la capital burgalesa y al menos celebre un entrenamiento en El Plantío. Sería en el mes de octubre, aprovechando la gira que tiene previsto realizar la selección argentina por Europa.

El objetivo es sencillo, y a la vez muy complicado. La familia Caselli, muy relacionada con el club River Plate y con la Federación de Argentina, ha adquirido la mayoría de las acciones del Burgos CF y en su proyecto ambicioso de llevar al club burgalés a lo más alto se ha propuesto también que se conozca más allá de las fronteras españolas.

Ya con el fichaje de Leo Pisculiche, estrella del River Plate durante muchos años, el Burgos captó el interés en tierras argentinas y el resultado se puede ver en las redes sociales.

Ahora la familia Caselli quiere dar un paso más y se propone traer a la selección argentina, a la selección de Messi, a Burgos, a El Plantío. El objetivo está claro, pero las dificultades son muchas.

Ahora mismo, en sus partidos de preparación, además de los que jugarán en Sudamérica, está previsto que la selección viaje a Europa en octubre. Y en su planificación figura el partido amistoso contra Alemania el día 9 de octubre, a las 20,45 horas.

Pero en los medios argentinos se explica que la Federación Argentina quiere cerrar al menos otro amistoso en Europa. Allí se habla de jugar contra Portugal o contra Italia, pero también existe la opción de jugar en España, lo que intentaría aprovechar Antonio Caselli para atraer al equipo hasta Burgos.

Una de las informaciones que circulan es que Argentina jugaría uno de estos amistosos en Bilbao, en San Mamés, contra la selección de Euskadi que entrena Javier Clemente.

Y si se confirma este extremo, la situación sería propicia para atraer al combinado albiceleste hasta Burgos, donde el club burgalés y sus propietarios harían de anfitriones, poniendo todas las instalaciones deportivas y hosteleras al servicio del combinado argentino.