Briviesca: 43% de bares cerrados al no poder poner terraza

S.F.L.
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Los propietarios de estos locales aseguran que mientras las restricciones impidan utilizar el interior «no les compensa abrir». El Consistorio de Briviesca estudia entregar ayudas a los empresarios afectados

Al reabrir el tráfico en la calle Justo Cantón Salazar después de verano los bares no pudieron volver a colocar las terrazas. - Foto: S.F.L.

La ilusión cayó en saco roto para los hosteleros de Briviesca, que un 43% continúa con sus negocios cerrados principalmente por no disponer de espacio suficiente para poder colocar una terraza cubierta en la calle. Algunos de los que permanecen en activo se habían hecho ilusiones al enterarse de que el Tribunal Supremo suspendió el adelanto del toque de queda en la región a las 20 horas.

«Al ampliar el horario para estar al aire libre la gente se anima más a salir, por lo que considero que puede ser beneficioso para mi bar», declaraba a este periódico Alejandro, dueño el bar Pick&Roll minutos antes de conocer la decisión final del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, de que a partir de las 20 horas «no podrá abrir ningún establecimiento que no sea considerado esencial» como la hostelería, el comercio o las actividades culturales.

El briviescano decidió reabrir el local la semana pasada después de haber quedarse con la verja bajada casi un mes. Antes de la pandemia se dedicaba a trabajar más la tarde y la noche pero la covid-19 le ha obligado a cambiar los horarios y prescindir de empleados. No obstante, otros bares y restaurantes de la ciudad han optado por reducir su jornada solo por las mañana o los fines de semana, como el bar Niza, o directamente continuar cerrados. En total 17 de los 40 que hasta que llegaron las restricciones en octubre y luego en enero ofrecían un servicio con total normalidad mantienen la clausura sin saber hasta cuándo se alargará la drástica situación.

Con el fin de facilitar el trabajo al sector, el Ayuntamiento de Briviesca autorizó el pasado mes a los locales de hostelería que dispongan de terrazas ya instaladas a colocar carpas para que los clientes puedan consumir guarnecidos del frío y de la lluvia. Sin embargo, el equipo de gobierno ha obligado a cumplir ciertos requisitos, como que los toldos no deben anclarse al pavimento ni adosados a las fachadas de las edificaciones y deberán disponer de un espacio sin cubrir para conseguir una ventilación permanente. Pero lamentablemente la minoría de negocios ha adaptado la terraza ya que requiere una inversión importante y el mal tiempo no garantiza la seguridad de las instalaciones. De hecho, dos hosteleros vieron como las inclemencias meteorológicas destrozaron los toldos que habían colocado. Asimismo, otros locales no disponen de las dimensiones necesarias en el exterior como para situar una carpa, mesas y sillas, como el bar Siguiente y el resto ubicados en la calle Justo Cantón Salazar.

Subvenciones. El equipo de gobierno de la capital burebana trabaja en un plan de ayudas que espera poder aprobar en el próximo pleno municipal, que se celebrará el último miércoles de marzo. «Tendremos que modificar alguna partida del presupuesto para destinar cierta cuantía a los hosteleros y a los trabajadores que hayan sufrido las restricciones durante el segundo estado de alarma», declara el alcalde de la ciudad, Álvaro Morales.
El gobierno local rebajó ya en 2020 el 50% en las tasas de instalación de terrazas, pero no todos los locales se beneficiaron de ello.