Los directores de coro no bajan la batuta

A.S.R
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La asociación nacional que los aglutina sigue adelante con su congreso anual, que volverá a celebrarse en Burgos, el 23, 24 y 25 de octubre, con una ruta de microeventos coralísticos de masas locales como principal novedad

La primera edición de la Feria Coral, el año pasado, fue un éxito. - Foto: Patricia González

Con tiento, pero también decisión, la Asociación Española de Directores de Coro (Aedcoro) no renuncia a su encuentro anual y celebrará su cuarto congreso el 23, 24 y 25 de octubre a orillas del Arlanzón. «Es importante recuperar la normalidad y más en el sector coral, donde ha habido algo de amarillismo a raíz de los contagios que hubo en el Coro de la Zarzuela y en algunas iglesias de Alemania. Se estigmatizó la práctica y esto ocurrió al inicio de la pandemia, sin medidas de seguridad. Ahora es una actividad con todas las garantías», determina su presidente, Ramón Gil, convencido de que el suyo es un entorno seguro. 

El plazo de inscripciones ya está abierto (www.aedcoro.com) y el programa, completo, solo a falta de un par de detalles. «Hemos tratado de hacerlo ad hoc con la situación que hay. Decidimos no traer presencialmente ponentes internacionales por posibles cierres de fronteras u otros problemas», introduce Gil al tiempo que advierte que están atentos a la evolución de la pandemia y tienen abiertas las opciones de virtualizarlo en parte e incluso aplazarlo. Esos plan B y C están sobre la mesa, pero prefieren centrarse en el A. 

Y ahí llama la atención una novedad: La tarde de los coros. Será una ruta de microcitas (talleres, conciertos, exposiciones, ensayos, proyecciones...) de unos 15 y 20 minutos de formaciones de la Federación Coral Burgalesa. «Nos parece muy importante acercarnos a la ciudadanía de Burgos y dar a conocer la riqueza coral de esta provincia, que tiene una tradición brutal», defiende el presidente de Aedcoro, asociación nacida precisamente de esa inquietud. 

La música en directo es un clásico del congreso, que siempre ha hecho coincidir su celebración con el Concurso de Corales Antonio José. La cancelación de este obliga a reinventarse y, aunque aún no está cerrado, la idea es poner la guinda con un concierto de un coro dirigido por uno de los socios. 

Otro punto fijo en la agenda es el análisis y la reflexión sobre el sector. La programación de música coral será el tema a tratar en esta ocasión. El barítono y profesor Enric Martínez-Castigniani, fundador del Lied Festival Life Victoria de Barcelona, abrirá el fuego con la ponencia ¿Qué hay de lo mío? Reflexiones sobre la gestión del sector de la música coral para tener más garantías de éxito a la hora de ser programados. Dará paso a una mesa redonda sobre este mismo asunto en la que intervendrá junto al presidente de la Asociación Española de Directores de Orquesta y director artístico de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, Cristóbal Soler, y el coordinador cultural del IMC, Ignacio González. «Queremos reivindicar la programación de coros. ¿Por qué los auditorios cuentan más con las orquestas y no se apuesta por esta música cuando un estudio de la Sociedad de Canto Europeo dice que el 2,4% de la población española canta en uno?», cuestiona Gil como punto de partida. 

La asamblea de socios y la segunda edición de la Feria DeCoro completarán las tres jornadas. 

Una práctica segura. Ramón Gil, director del Coro de la Casa de Cantabria en Madrid y subdirector del de la Universidad Carlos III, rompe una lanza sobre la actividad coral. Considera que se ha criminalizado y cree que es injusto. La palabra seguridad salta en su boca una y otra vez. «Si se toman las medidas preventivas adecuadas, es tan segura como otra cualquiera. Hay coros que llevan ya dos meses ensayando, alguno ya ha dado conciertos, y no se ha visto ni un rebrote», expone y confirma que la tan traída y llevada nueva normalidad sí repercute en los directos: el sonido se modifica porque la emisión de la voz no es la adecuada al llevar mascarilla, las sensaciones acústicas a las que los coralistas están acostumbrados al tener cerca al compañero ahora son distintas porque deben guardar distancia, la respiración es más incómoda y se recomienda hacer sesiones menos largas, con descansos de 20 minutos cada 45 minutos... 

«En el fondo es adaptarte. Lo bueno que tenemos los directores es que somos artistas y tratamos de crear nuevas formas de cantar. Nosotros queremos seguir haciéndolo y hay muchas organizaciones que apuestan por ello», concluye.

Y cual Ave Fénix resurgen también los directores. Cada institución diseña sus protocolos, pero la mascarilla, la mayor separación con los coralistas, que proyectan todas sus voces al batuta, y las pantallas protectoras se repiten. Unas medidas que son pecata minuta si pueden seguir con su pasión.