Gadea G. Ubierna

Plaza Mayor

Gadea G. Ubierna


Esperpento

21/07/2021

Esgrimir que el diseño del pintor y escultor Antonio López para las puertas de la Catedral de Burgos es «un esperpento» es más una apreciación personal que un argumento para espolear a miles de personas y ponerlas en contra de un proyecto susceptible de modificaciones. Y, sin embargo, fue esta opinión, la del pintor Juan Vallejo, la que encendió la mecha de una campaña de oposición a la iniciativa y al diseño de López difícil de comprender.

Soy tan burgalesa, tan amante y tan defensora de cada centímetro de superficie de la Catedral como cualquiera de quienes han decidido erigirse en custodios del patrimonio de todos sin que nadie se lo haya pedido. Y, después de tantos meses de airada oposición, he de reconocer que no he logrado entender si el problema es el diseño, el autor, el material escogido para las puertas (bronce) o el coste (1,2 millones, que van a sufragar particulares y el Cabildo). Lo único que me ha quedado claro es que a Vallejo -y entiendo que también a los muchos que apoyan su cruzada- le parece que la obra que uno de los artistas españoles vivos con más prestigio ha creado para la Catedral de Burgos tiene que quedarse en un almacén. Para qué unas puertas de Antonio López, que son caras, si tenemos unas de madera en las que nadie en esta ciudad -ni tampoco fuera- había reparado hasta este invierno. Si alguien capaz de abstraerse de la polémica leyera este texto desde la imparcialidad, creo que consideraría que lo esperpéntico es dejar pasar una oportunidad así.

Si por estos ‘puristas’ del patrimonio fuera, ahora no celebraríamos 800 años de una de las joyas góticas del mundo porque su construcción conllevó la demolición de un templo románico. Ya había iglesia, ¿para qué otra? Se nos está presentando una ocasión de sumar, aprovechémosla. Por favor.