Una caravana para echar abajo las fronteras

N.M.J./ ICAL
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Tres burgaleses cuentan su experiencia durante nueve días a bordo de la Caravana Frontera Sur, que denuncia las situaciones que sufren los refugiados en el mundo

Una caravana para echar abajo las fronteras - Foto: Ricardo Ordóñez (Ical)

“El objetivo fundamental que tiene la Caravana es denunciar lo que está pasando y hacer presión para que las instituciones tomen medidas para solucionar los problemas”. Asunción Cifuentes es una de los tres burgaleses, junto a Pilar y Pablo, que en julio emprendieron un viaje que durante nueve días les llevó a recorrer toda la Frontera Sur de Europa, pasando por lugares como Granada, Motril, Tarifa, Ceuta, Algeciras, Jerez, Sevilla, Lepe y la comarca de la huerta onubense. Casi diez días en los que, junto a más de 300 personas de todas partes de España e incluso de fuera de ella, fueron testigos y conocieron de primera mano la situación en la que se encuentran las personas refugiadas en el país.

Caravana Abriendo Fronteras es una iniciativa que nació hace cuatro años, con la que más de un centenar de organizaciones y colectivos de España buscan denunciar las políticas migratorias, económicas, comerciales y medioambientales de la Unión Europea. Tras recorrer Grecia, Melilla e Italia en sus pasadas ediciones, fue el turno de la frontera sur española, puesto que según la Organización Internacional de Migraciones (OIM) esta es la segunda ruta migratoria en número de muertes en lo que va de año, solo superada en el mundo por la ruta del Mediterráneo Central que parte de Libia hacia Italia.

Los tres voluntarios forman parte de la Asociación Burgos Acoge. Asunción, que es la presidente, se embarcó junto a otras 14 personas de Castilla y León el pasado 12 de julio en este viaje, que les llevó a recorrer varios lugares y en donde fueron visualizando los problemas que existían en cada uno, entre ellos los problemas que están sufriendo las temporeras que recogen fresa en Huelva, donde viven una “situación de explotación laboral y sexual”, indica.

Asimismo, haciendo referencia a la falta de recursos que hay en algunas ciudades, recuerda una pancarta que vio en Jerez, donde se podía leer que en una ciudad de 220.000 habitantes, solo hay 47 plazas de acogida para las personas que llegan. En este punto, denunció también la existencia de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) , a los que denominó como “centros de represión y estructuras de no derechos”.

A lo largo de los nueve días que duró el viaje, los miembros de la Caravana llevaron a cabo distintas acciones de denuncia, con el objeto de llamar la atención de los medios de comunicación, los ciudadanos y las instituciones públicas. Acciones entre las que destacan una serie de concentraciones en las distintas zonas visitadas, la emisión de manifiestos condenando diversas situaciones, manifestaciones…etc.

Pablo Abad fue otro de los burgaleses que se embarcó en este proyecto, su primera Caravana, aunque no la primera acción de este tipo, puesto que lleva más de 30 años colaborando con distintas asociaciones. Abad se define como un hombre “que persigue la no violencia”, y afirma que la experiencia vivida en la Caravana Abriendo Fronteras ha sido “dura”, por lo que han visto, y sobre todo “por lo que han dejado atrás”, señala. De esta forma, relata algunas de las escenas presenciadas, que hacen que “se te caiga el alma a los pies”, especialmente viendo el sufrimiento de las personas, cuenta. Sin embargo, pese a la dureza de las imágenes, afirma que se debe continuar realizando esta labor, puesto que desde su posición lo único que pueden hacer es “denunciar lo que ven y manifestarse, dando a conocer a la opinión pública cuál es realmente el problema”, añade.

Pilar Gutiérrez, la más veterana en este proyecto, puesto que es la tercera vez que participa en él, afirma que la experiencia ha sido “muy interesante e importante”, pero que le generó una doble sensación de optimismo e impotencia, debido a las cosas que ven que se pueden hacer, pero sin embargo no se llevan a cabo. Asimismo asegura haber visto muchas situaciones durante estos viajes, algunas de las cuales le llamaron mucho la atención, sobre todo por su dureza y el sufrimiento de aquellos que les relataban sus vivencias.

Gutiérrez reclama además que “la gente conoce las causas” por las que se producen estos hechos, pero que sin embargo “no las quieren ver”; por lo que asegura que es necesario denunciar no solo las situaciones que presencias, sino también las causas que las provocan. Por su parte, Cifuentes, considera que el hecho de que en la sociedad actual se estén dando este tipo de acciones es debido a que “priman los intereses de las grandes empresas y de los gobiernos, por encima de los derechos de las personas”.

En este punto, señala que las personas que llegan, bien sean inmigrantes o refugiados, “vienen porque no tienen posibilidades de seguir en su país”, señala, “porque corre peligro su vida, como es el caso de los refugiados, o porque no tienen recursos suficientes para subsirtir”, recalca. “Y si no tienen recursos suficientes es porque no hacemos los posible para que los tengan, porque hay empresas que se lucran y benefician de las materias primas de muchos países”, por lo que “las personas no salen por capricho sino por necesidad”, asegura.

Una juventud más concienciada

Uno de los aspectos que más llamó la atención- para bien- a estos tres burgaleses fue la presencia de mucha gente joven dentro de la Caravana Abriendo Fronteras, un hecho que afirman que es muy positivo puesto que significa que la iniciativa “puede tener relevo”, señala Asunción. “Esta gente joven cuando estén trabajando también pueden reclamar que se tenga en cuenta los derechos de todas las personas, y buscar un mundo que sea más justo para todos”, indica esperanzada. Por su parte, Pablo, señala que el hecho de que haya un alto porcentaje de personas jóvenes, es algo que le produce una especial alegría, ya que “cuando hay juventud hay futuro”, asegura.

En este punto, afirman que se está produciendo una mayor concienciación por parte de la gente joven en relación a estos temas, e incluso Asunción señala que igual de entre las más de 300 personas que formaron parte de la Caravana, un centenar de ellas eran jóvenes.