Paro y fragilidad laboral elevan a los 40 la emancipación

G. ARCE
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Pese a que sus ingresos mínimos anuales (14.790 euros) superan la media de Castilla y León y a la mayoría de las provincia vecinas, un joven asalariado en Burgos debe destinar hasta el 70% de su sueldo para el pago de un alquiler

Paro y fragilidad laboral elevan a los 40 la emancipación - Foto: Óscar Solorzano

El paro endémico, la precariedad laboral y el difícil acceso a la financiación han elevado el umbral de edad de los jóvenes económicamente dependientes hasta los 40 años. El primer empleo ya no es equivalente al primer hogar en alquiler y menos en propiedad. Es más, será necesario el encadenamiento de muchos contratos temporales en el tiempo para poder optar a emanciparse residencialmente, una circunstancia que, lejos de mejorar, se ha agravado en un mercado laboral en el que el 93% de los trabajos son de duración temporal.

El último Observatorio de la Emancipación del Consejo de la Juventud de Castilla y León, relativo a la segunda mitad del año 2020, lo deja muy claro: un asalariado joven en Burgos (en este caso, menor de 30 años) debe destinar el 69,5% de su sueldo a pagar la renta del alquiler de su vivienda y el 46,5% en el caso de que opte a su propiedad y pueda disponer de financiación hipotecaria para este objetivo, lo que exige el desembolso de un 20% de la entrada de una vivienda que en Burgos asciende a los 112.290 euros de media, según el estudio mencionado.

Los costes de los alquileres han crecido un 2,24% con respecto al segundo semestre de 2019, mientras que la propiedad ha descendido un 2,6%. Estas fluctuaciones se producen en un año, el de la pandemia, de crisis, parón económico y desempleo. De hecho, según el Observatorio de la Emancipación,  los ingresos mínimos medios de los jóvenes burgaleses que trabajan, 14.790 euros al año y 1.232 al mes, han caído un 5,86% con respecto a 2019.

Además del gasto en renta de alquiler o en el pago de la hipoteca,  una media del 6,6% de los ingresos  debe reservarse para los gastos básicos del hogar (agua, luz, gas...), que en el conjunto de Castilla y León se cuantifica en 101 euros de media por persona y mes, cifra que habrá aumentado en el ejercicio actual por el alza extraordinario de la electricidad y la energía en general.

 La alternativa más extendida para sortear el umbral máximo de endeudamiento es el alquiler compartido, que supone un 30,7% del salario de esfuerzo personal, aunque esta opción se ha encarecido un 2,44 puntos porcentuales con respecto al segundo semestre de 2019.

El Observatorio de la Emancipación da pistas sobre una segunda alternativa: el 17,8% de las personas emancipadas en Castilla y León vive en viviendas cedidas, generalmente por sus familias, una modalidad que lejos de decrecer cada vez es más recurrida.

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