Los misterios de Ochate olvidan su maldición

O.C.
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Antonio Arroyo y Julio Corral publican su segundo libro sobre este enigmático rincón del Condado de Treviño, del que han encontrado nuevos enigmas escondidos en su historia

Julio Corral (dcha) junto a Antonio Arroyo en Ochate. - Foto: DB

Ochate no es un lugar cualquiera. Lo saben bien Antonio Arroyo y Julio Corral, dos vitorianos apasionados de un pueblo que aunque esté abandonado, mantiene viva su llama rodeado de misterios, mitos y apariciones que se entremezclan con la realidad. Reencuentros con Ochate repasa la historia de este rincón del Condado de Treviño, revela nuevos datos y sobre todo pretende quitar la etiqueta de maldito, «a un lugar que sí que es especial, en el que nunca he tenido la sensación de miedo», afirma Corral, que reconoce que «la primera vez que fui por allí no tenía ni idea de nada».

Ahora tras dos libros ya es una experto de la intrahistoria «de un pueblo deshabitado, como otros cientos, del que a raíz de una completa mentira se han extraído  relatos que de otra manera hubiesen quedado olvidados». La fama de  maldito ha permitido descubrir cada historia, aunque Corral renuncia a esta etiqueta, pero sí que asume que por todo lo que rodea a Ochate «hay mucha gente que va y que vive experiencias extrañas, aunque sean fenómenos naturales malinterpretados o que sean producto de la imaginación».

Sobre todo lo paranormal, el autor admite que a él sí que le ha tocado vivir alguna de esas situaciones, «como una de las primeras visitas en las que escuchaba continuamente a un niño llorar y estuve cerca de una hora, hasta que encontré la oveja que balaba igual que un niño». Él encontró una respuesta lógica, «pero me podía haber ido de allí con una sensación diferente», por lo que admite que él siempre piensa que todo tiene explicación y aclara: «Yo soy de los que piensa que los extraterrestres no vienen, pero si un día aparecen pasarán a ser algo normal, como sucedió cuando Colón fue a América».

En el primer libro «por decirlo de alguna forma teníamos bastante miedo de molestar a cierta gente y que otros no nos creyeran», afirma Corral, que sostiene que en esta segunda publicación se han quitado este corsé y han sido capaces de transmitir un relato más claro y preciso. Entre las historias que han incluido está «el de una vaca que apareció en Ochate que cayó en un agujero y al día siguiente cuando la sacaron estaba desangrada, pero seguramente tenga explicación».

No es la única novedad que han encontrado. En el anterior libro incluyeron el asesinato de un pastor y en esta ocasión «en la Chancillería de Valladolid, apareció un dossier de un juicio que había habido en el siglo XVII de un tipo de un pueblo que mató a su mujer». El caso «fue curioso porque la historia empieza con un sacerdote que se salta el secreto de confesión, detienen también a los hijos, el pueblo se volcó en proteger al asesino, luego salieron trapos sucios, le dieron la espalda y el hombre acabó ejecutado en Vitoria», resume.

Este tipo de secretos «pueden estar en todos los pueblos», aclara Corral, que indica que «lo importante de Ochate es todo lo que encontramos y que es fascinante». Además también hablan de la presencia de una orden militar «que no son los templarios, sino que son símbolos como la Cruz Malta, que sorprende porque  documenta la importancia que pudo tener en ciertos momentos este pueblo tan pequeñito».