Sus armas más utilizadas no tienen gatillo, ni cañón, ni balas. Son satélites capaces de generar una red segura que da servicio a centenares de personas. Tampoco se desplazan en tanques, sino en vehículos con antenas que podrían conectar en apenas minutos con la Antártida. En el Regimiento de Transmisiones 1 reconocen que su labor diaria no es tan vistosa como la de sus vecinos de Artillería, por ejemplo, pero advierten de que sin su trabajo adentrarse en tierra hostil sería como caminar a ciegas. Esta unidad cumple en 2021 un cuarto de siglo en la base de Castrillo del Val, donde se creó. Son 25 años ligados a una provincia que han recorrido de norte a sur y de este a oeste realizando maniobras que posteriormente trasladaban a zonas de conflicto. En unos meses, la plana mayor partirá a Huesca y solo quedará un batallón.

Los equipos de telecomunicación militar se despliegan por una extensa parcela de la base. Tiendas de campaña se transforman en centros de control de transmisiones que dan servicio a las unidades que participan en una misión ficticia. Lo es ahora, pero todo lo que ejercitan lo deben reproducir en cualquiera de las actuaciones internacionales en las que habitualmente intervienen. No en vano, el Regimiento ha estado presente en casi todos los conflictos importantes de la historia contemporánea. Bosnia, Afganistán, Líbano, Somalia... En la actualidad, los esfuerzos están centrados en dar soporte en Malí.

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