La siniestralidad laboral cae por la covid; crece el estrés

FERNÁN LABAJO
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Los accidentes bajaron un 30% hasta mayo, especialmente los casos graves, a causa del parón en la actividad. La crisis deja, no obstante, más episodios de conflictos internos

Las empresas tienen que añadir ahora planes de contingencia contra el virus. - Foto: Jesús J. Matí­as

Con la mayor parte de la actividad económica detenida durante los dos meses que ha durado el confinamiento, era de esperar que la siniestralidad laboral bajase de forma considerable. Más aún teniendo en cuenta que hasta ahora, caer enfermo de la covid-19 no se estaba considerando como un accidente en el trabajo. El virus ha afectado en este aspecto, no solo de una manera positiva como es evitando incidentes que ponen en riesgo la integridad de las personas. También ha provocado que muchos experimenten episodios de estrés y hayan aflorado algunos conflictos. La pandemia ha abierto un nuevo escenario y todavía está por ver sus consecuencias en el futuro más cercano. 

Según los datos de la Delegación Territorial del Trabajo de la Junta de Castilla y León, los siniestros cayeron un 30% hasta mayo en comparación con el mismo periodo de tiempo de 2019, pasando de 2.354 a 1.640. La caída es especialmente pronunciada en los casos más graves, pues alcanza el 64,71%, mientras que los mortales han sido los mismos (6). También descienden los ‘in itinere’, es decir, aquellos accidentes que tienen lugar en los traslados hacia el puesto de trabajo, en este caso un 21,18%. 

Por sectores, el agrario es el que notó un decremento más acentuado de la siniestralidad (37,50% menos), seguido de servicios (30,62%), industria (30,26%) y construcción (26,95%). Llama la atención, no obstante, que Burgos haya sido la única provincia de Castilla y León donde se han incrementado las bajas por enfermedades profesionales. Mientras que el resto de territorios muestran caídas de hasta el 62%, aquí se ha llegado a percibir una subida del 5,56%. 

Fernando de la Parte, jefe del Área de Seguridad y Salud Laboral de la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta, señala que la situación generada por la pandemia ha sido «estresante» y han existido riesgos psicosociales importantes. «Hay que tener en cuenta que esta crisis ha tenido todos los condicionantes para generar nerviosismo. Eran circunstancias nuevas, impredecibles, difíciles de controlar y suponían una amenaza», indica. Además, está el asunto del teletrabajo, que en el caso de algunas personas con hijos ha sido, matiza, «un hándicap grande». 

El miedo se instauró, especialmente, entre todos aquellos que tuvieron que acudir diariamente al trabajo durante los primeros días. «Hubo muchas dudas e incertidumbre. Muchos trabajadores no sabían por un lado la seguridad que iban a tener en el trabajo y, por otro, su futuro debido a la pausa de la actividad no estaba muy claro», subraya Ramiro Marijuan, delegado de industria del sindicato UGT, quien añade que hubo personas que «incluso en empresas donde había mucha seguridad querían que se parase por el nerviosismo que se generó, contra el que cada uno reacciona de una manera diferente».   

De la Parte recalca que las empresas supieron adaptarse a los desafíos del coronavirus y se equiparon de las medidas de seguridad necesarias. De hecho, opina que el efecto en cuanto a riesgos laborales puede llegar a ser «beneficioso». «Nos ha hecho pensar a todos más en la salud. Hay más preocupación a la hora de protegerse y eso puede llegar a asociarse también a otros peligros. Veo a la gente más sensible en este tema», subraya. Esta afirmación avala el esfuerzo realizado por las compañías, grandes y pequeñas, en la inversión de elementos de higiene y protección. 

A este respecto, la técnico del departamento de prevención y riesgos laborales de FAE, Jimena Pérez, hace especial hincapié en el «intenso trabajo» que se llevó a cabo, especialmente en los primeros meses, para dar respuesta a la gran cantidad de consultas de los empresarios que se agolpaban a diario. «Se han preocupado mucho por que sus empleados tuvieran una seguridad total desde el primer día y han hecho un esfuerzo importante para, en el menor tiempo posible, adaptarse a las necesidades, lo que ha supuesto un coste para ellos», puntualiza. 

Lo que es evidente es que el virus va a cambiar la forma que todos, trabajadores y empresarios, van a afrontar la prevención laboral. También los técnicos, que tendrán que estar pendientes de los planes de contingencia en aspectos que ya antes estaban establecidos y también el nuevo escenario que se abre a partir de ahora. «En esta crisis Sanidad tomó el mando de las operaciones. A partir de ahora, nosotros vamos a ayudar a este órgano competente a verificar que las compañías cuentan con las medidas higiénicas. Además, los servicios de riesgos tendrán que indagar en la trazabilidad, en los contactos estrechos en caso de que se produzca un contagio», advierte el jefe de la Área de Seguridad y Salud Laboral de la Oficina Territorial de Trabajo. También servirán de traductores ante la ingente cantidad de información que se ha difundido a lo largo de los últimos meses.