La división vecinal que existe en Pineda de la Sierra desde hace meses, con denuncias por una serie de empadronamientos, tuvo su reflejo el domingo en las urnas y la Alcaldía de la localidad, que se disputan el PP y el PSOE, se decidirá lanzando una moneda al aire el jueves en la Junta Electoral de Burgos, ya que ambas formaciones han logrado dos concejales y han empatado, a 44 votos, para el tercero.

Tanta es la tensión en la villa movilizó, y polarizó, al electorado, ya que de los 98 vecinos con derecho a voto acudieron a las urnas 90, logrando el mayor número de apoyos Inés Camacho, candidata del PSOE, con 48 votos, seguida del actual alcalde, Santiago Rojo, del PP, que logró 46 respaldos. Para el segundo concejal, ambas formaciones obtuvieron 45 votos y para el tercero en discordia, el quinto de la Corporación municipal y que da la gobernabilidad, el empate se ha registrado a 44 votos, por lo que ahora, tal y como se establece en la Ley Electoral para estos casos, se tendrá que lanzar una moneda al aire para adjudicar ese concejal y también la Alcaldía.

Rojo, tras conocer y analizar los resultados, manifiesta que esperaba «mucha igualdad, pero tenía la esperanza de lograr media docena de votos más para lograr ese tercer edil», señala, a la vez que, con resignación, deja la Alcaldía en manos de la diosa fortuna.

En términos similares se manifiesta Luis Santaolalla, segundo de la candidatura socialista, quien califica los resultados obtenidos de «buenos, máxime si tenemos en cuenta las triquiñuelas que se han empleado antes de los comicios» y afirma «con tres votos menos el alcalde no hubiera entrada en la próxima Corporación ni como concejal», matiza Santaolalla, quien lamenta que el resultado final se tengan que decidir lanzando una moneda al aire. El jueves, estas dos formaciones y los vecinos conocerán quien gobierna en Pineda... gracias a la diosa fortuna.