"Nos encaminamos hacia una guerra fría con China"

G. ARCE
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Entrevista al exasesor de Obama, estratega internacional de empresas y gobiernos, y ponente de ForoBurgos

Juan Verde, exasesor de Obama, estratega internacional de empresas y gobiernos, y ponente de ForoBurgos. - Foto: Valdivielso

Su trayectoria profesional esta ligada al expresidente Barack Obama, del que fue codirector internacional de la campaña presidencial de 2012, pero también ha trabajado con protagonistas de la política norteamericana contemporánea como Bill Clinton, Hillary Clinton, Al Gore, Ted Kennedy o John Kerry. Natural de Gran Canaria y ponente de la próxima edición de ForoBurgos de la Fundación Caja de Burgos (esta tarde, 18.30 horas. Cultural Cordón), Juan Verde ejerce ahora como asesor de empresas y gobiernos y, en su condición de presidente de la Fundación Advanced Leadership, tiene entre sus principales metas el impulso y desarrollo de la economía verde.

Parece difícil hablar de sostenibilidad a las empresas cuando ahora nada es sostenible, ni los precios, ni el abastecimiento de materias primas, ni las energías... 

No, todo lo contrario. Ya el mundo antes de la pandemia estaba inmerso en una transición a un modelo económico de bajas emisiones, y la pandemia ha inyectado velocidad y amplitud planetaria a este proceso. La pandemia ha puesto de manifiesto que Europa tiene una dependencia absoluta del gas natural de Rusia (también de Argelia, en el caso de España) y esto afecta a la seguridad nacional de Europa y significa que tenemos que diversificar nuestras fuentes de energía apostando por las renovables, por la eficiencia energética, por las tecnologías que nos hagan más eficientes como economía y sociedad. Lo mismo ocurre con la cadena de suministro: Estados Unidos se vio mendigando mascarillas y material médico de Asia y particularmente China, al igual que materiales críticos y tierras raras; ahora está volcado en diversificar y reubicar parte de la cadena de suministros por la vulnerabilidad que eso representa. Estados Unidos no puede impulsar una recuperación económica dependiendo total y absolutamente de China para todos los materiales que impulsan la revolución verde.

¿Y los altos precios de la energía? 

Es un bulo absoluto que sean fruto de las energías renovables. Todo lo contrario, tienen que ver con el sistema de compensación a las compañías eléctricas, que está absolutamente obsoleto y que debe reorientarse o redefinirse. En Canarias las energías limpias están subvencionadas, porque son mucho más sostenibles que las contaminantes, que es necesario importar y están subvencionadas en toda su cadena de valor, desde la extracción hasta la gasolinera. 2020 marcó un antes y un después para Alemania, Inglaterra y otros países, donde se generó más electricidad proveniente de fuentes limpias que contaminantes porque eran más competitivas. 

¿El mensaje de la sostenibilidad ha calado en la pyme? 

La transición energética y la sostenibilidad representan una inmensa oportunidad para la pyme, pero falta que las pymes lo sepan. Las encuestas de comportamiento de compra, como las realizadas por Nielsen, demuestran que ante dos productos o servicios en igualdad de condiciones, en 92% de los consumidores elige uno responsable con el medio ambiente. El 75% de los consumidores a nivel mundial esperan que las empresas les ofrezcan más productos y servicios sostenibles. Esto es una oportunidad de negocio histórica y las pymes tienen que beneficiarse de ello. Ellas, a diferencia de las grandes empresas, tienen una capacidad de adaptación casi inmediata, de hecho, los grandes avances tecnológicos los aportan las startups, las pequeñas empresas.

¿Los fondos europeos pueden ayudar a esta transformación? 

El plan de reconstrucción de Europa, basado en los fondos Next Generation, es una oportunidad histórica para España. Son más de 100.000 millones para nuestro país y el 56% de estos fondos tienen un denominador común: sostenibilidad y digitalización, ambos de la mano. El dinero esta ahí y cualquier empresa debe entender esto como una oportunidad para invertir en sectores estratégicos como la eficiencia energética, la economía circular o los productos orgánicos y naturales, que es el sector con mayor crecimiento y una baza importante para Burgos. Los supermercados que más crecen son los que ofrecen estos productos, los especializados en comida natural. Son fondos que permitirán a la empresa generar empleo y actividad económica y, al mismo tiempo, que permiten apostar por la sostenibilidad.

En Burgos hemos cerrado una central nuclear y crece el descontento contra la alternativa energética, los parques eólicos y fotovoltaicos. 

Desconozco este caso pero, a nivel mundial, estamos viendo que la demanda social hacia las empresas y administraciones crece para que sean conscientes y hagan más para luchar contra el cambio climático. Los ciudadanos tienen que entender que vamos a pasar por un proceso de transición que va a necesitar de sacrificios. Creo que es un problema de explicación de por qué es mejor la alternativa: un parque eólico o fotovoltaico es mejor opción que una nuclear, o que el gas natural. El beneficio a la salud pública y a que las próximas generaciones tengan el mundo que se merecen hay que explicarlo.

Coincidirá en que es difícil vender un coche eléctrico en estos momentos de facturas desbocadas. 

Estamos ante un tema puntual y pasajero, el precio de la electricidad tan alto no se mantendrá en el tiempo. Sabemos que, a la larga, tiene más sentido un coche eléctrico y la misma industria automovilística nos dice que, de cara a 2030, 50% de los coches serán eléctricos. Para 2050 desaparecerá el coche de combustión tradicional. Es una tendencia irreversible. Hablar del precio de la electricidad como un impedimento al despliegue del coche eléctrico es de miopes.

¿Qué espera de la cumbre climática de Glasgow? 

Soy muy optimista. Llegamos a esta cita con mucha incertidumbre por la situación actual, por el hecho de que Estados Unidos no ha logrado que su Congreso le apruebe el plan de reconstrucción y transición energética. Pero creo que, a diferencia del año pasado, donde Estados Unidos era parte del problema con Trump, hoy tenemos al presidente Biden que quiere que Estados Unidos lidere esta revolución verde conjuntamente con Europa. Estados Unidos y Europa representan el 50% de la demanda mundial de productos y comercio internacional, y se abre una oportunidad para colaborar con China, con Asia y otros países con los que no nos ponemos de acuerdo en nada. Tenemos que hacer un esfuerzo por el bien de la humanidad y del planeta. Podemos esperar que Glasgow no sea un éxito rotundo pero tampoco un fracaso. Nunca va a ser lo suficiente lo que se acuerde en Glasgow pero será positivo y contribuirá a que el mundo entero acelere el paso de la transición.

¿Qué está ocurriendo en China? 

China es una potencia mundial que no quiere jugar con las mismas reglas que el resto de la comunidad internacional. No cree en la reciprocidad. Las reglas son para los demás pero no para ellos. Y esto ha llevado al mundo a una situación como la actual, donde tenemos una dependencia absoluta de China que nos afecta a nuestra competitividad, nuestro comercio y, sobre todo, a la seguridad nacional de Estados Unidos y de Europa. Para bien o para mal, vamos hacia un mundo más polarizado con Estados Unidos y China, en el que los países van a tener que elegir bandos y esta batalla se manifiesta en todo, también en el cambio climático. El mundo vuelve a una cierta guerra fría, no podemos seguir diciéndolo que sí a China a todo a cambio de conseguir productos baratos, a cambio de que suframos. Vamos hacia mundo muy distinto al actual, estratégicamente hablando, y es absolutamente necesario.

¿Le preocupa la falta de liderazgo de Joe Biden? 

No me preocupa la presidencia de Biden sino la polarización del país. Estados Unidos es un país muy presidencial, donde el presidente tiene muchísimo poder y puede hacer muchísimo. Creo que su liderazgo esta siendo absolutamente valiente. Tiene 78 años y le importa un pepino lo que pase dentro de 4 años políticamente hablando. Me preocupa muchísimo que dentro de 4 años puedan ganar los republicanos, porque el país está dividido.

¿Teme el regreso de Trump a la presidencia? 

Creo que es casi inevitable. Ya está haciendo campaña y quiere volver. No nos olvidemos que tiene un 49% de la población a su favor, 74 millones de norteamericanos. Es muchísimo poder y podemos esperar una candidatura de él o de alguien de su máxima confianza.

¿Queda algo de la enorme ilusión que despertó la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca? 

Creo que aún esta vigente. La división actual refleja la última batalla que quiere liderar el norteamericano tradicional, el del Partido Republicano: hombres, anglosajones y mayores. Pero las mujeres cada vez votan más, también los jóvenes (que son más demócratas) y cada vez hay más minorías. Es un tema de tiempo. Estamos hablando de la base que creyó en Obama, una persona que encarna los valores de la solidaridad, la esperanza, la lucha por un mundo mejor, esencia de los Estados Unidos.

Facebook cambia de nombre, Meta, en medio de una crisis de credibilidad y de pérdida de reputación. ¿Cómo lo interpreta? 

Con mucha ilusión, porque es un ejemplo perfecto para hablar de la sostenibilidad. Lo que ha pasado con Facebook es el ejemplo de una empresa que solo estaba pensando en la rentabilidad a corto plazo. No invertía en mecanismos de control para los menores, no invertía en nada que no estuviese basado en los resultados en bolsa. Eso no tiene patas, estamos ante el inicio de un nuevo modelo capitalista en el que no solo se puede pensar en la rentabilidad cortoplacista como el único indicador de viabilidad económica. El nuevo modelo que emerge ahora no se basa solo en la rentabilidad, que es muy importante, sino en un segundo pilar que es la gente (tus empleados, tus clientes, la sociedad) y quiere que las empresas sean más sostenibles. La tercera pata del nuevo modelo es el planeta, el único hogar que tenemos y sin el cual no hay economía. Facebook pierde 6.000 millones de dólares en 24 horas y sigue perdiendo valor porque no está dispuesta a basarse en los tres pilares que he mencionado. Por eso la sostenibilidad es una ventaja competitiva: hacer el bien y que te vaya bien.