Final agónico y de casta, como ha acostumbrado siempre la épica historia del Blasgón y Bodegas Ceres Villa de Aranda, para cosechar la primera victoria de la temporada. Triunfo apurado, y literalmente sobre la bocina, del equipo de Alberto Suárez en el Príncipe de Asturias en la tarde del sábado ante a un Atlético Valladolid que puso las cosas muy difíciles al combinado local -sobre todo tras el paso por vestuarios, donde consiguió acumular ventajas de hasta tres tantos-, pero que sirve a la postre para inaugurar el casillero de éxitos arandinos esta temporada sobre el cuarenta por veinte (33-32).

Minutos iniciales intensos en defensa por parte arandina para precipitar las primeras ventajas del encuentro (a la contra y con máximas de hasta cinco tantos, 12-7), y cambio defensivo en el conjunto de David Pisonero tras el ecuador del primer acto para cortocircuitar el ataque amarillo y reducir la ventaja local a la mínima expresión al tiempo de descanso (17-16).

Tras la salida de las duchas, mejora en prestaciones para los inquilinos del Huerta del Rey (lograban ponerse por delante materializando ventajas a su favor de hasta tres goles), pero recuperación arandina a la heróica tras la lesión del central Nico López a cuarto de hora para el final (tuvo que abandonar el terreno de juego con un esguince), y último minuto de partido de infarto con varias alternativas para uno y otro conjunto.

Finalmente, y con el corazón aún en la mano, ataque ribereño lanzado por el guardameta Luis de Vega, continuidad a la jugada por parte de Santi Baronetto y Zeljko Sukic, y balón al extremo para que el capitán Víctor Megías terminase batiendo a César Pérez en el último segundo de encuentro. 33-32, primera victoria de la temporada para el equipo arandino, y nuevo curso acelerado en la categoría para abandonar el farolillo rojo de la clasificación antes del siguiente examen a escena: Bidasoa Irún la próxima semana.