El hospital San Juan de Dios, seis décadas de altibajos

B.D.
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El centro ha compatibilizado la asistencia pública y la privada, atravesando etapas difíciles

Protesta de los trabajadores del hospital en noviembre de 2014, cuando la negociación con la Junta se tensó al máximo. - Foto: Patricia González

La sombra de cierre del histórico hospital de San Juan de Dios en Burgos es esta vez más larga de lo que llegó a ser a finales de 2014, cuando el pulso que entonces mantuvieron la dirección de la Orden religiosa, la Consejería de Sanidad y la plantilla del centro asistencial acabó del lado de las instalaciones del paseo de la Isla al lograr que el Gobierno regional aceptara sus peticiones económicas. Las enérgicas protestas de los trabajadores, en las que se llegó a poner en el punto de mira al entonces presidente de la Junta, el burgalés Juan Vicente Herrera, fueron claves para que Sacyl saliera de su enrocamiento y firmara un nuevo convenio. Sin embargo, en esta ocasión, el tablero sobre el que se mueven las ‘piezas’ no es igual al de hace seis años. 

Y no lo es por varias razones. La primera es que los actuales mandos de la Consejería de Sanidad no están dispuestos a aceptar el órdago lanzado desde San Juan de Dios por el que exigen un millón de euros más al año para firmar el convenio. El segundo motivo es que los trabajadores no están en una posición tan beligerante como la de 2014, sabedores de que el personal sanitario tiene en estos momentos por la pandemia unas salidas laborales que no había entonces. Y tercero, el edificio de la Isla es ahora una instalación mucho más golosa de cara a una posible operación de venta por el auge de la sanidad privada. Tres argumentos que pueden ser claves en el desenlace de las negociaciones abiertas y que se irán despejando en las próximas semanas.

La realidad es que, a lo largo de sus 64 años de historia, el hospital de San Juan de Dios ha atravesado por etapas difíciles, en las que ha compatibilizado la asistencia pública y la privada, sin perder su vínculo con la sociedad burgalesa. Durante muchos años fue, entre otras cosas, la maternidad en la que vinieron al mundo más de 16.000 burgaleses. Con el paso del tiempo se fue modernizando ofreciendo asistencia médica privada y optando a ser un recurso complementario a la sanidad pública, como han repetido siempre sus responsables. Los conciertos con la Seguridad Social, primero, y con la Consejería de Sanidad, después, han sido la bombona de oxígeno a la que se ha mantenido conectado el complejo sanitario para seguir funcionando en las últimas décadas.

Fue inaugurado el 15 de enero de 1956 como clínica quirúrgica en una finca de 14.000 metros cuadrados denominada antigua huerta de Los Madrazo. Burgos capital contaba entonces con 75.000 habitantes; casi 400.000 en toda la provincia. Su tarea comenzó al día siguiente. En 1981 la Orden firmó un concierto con la Seguridad Social; convivieron las tareas quirúrgicas con la labor asistencial. En 1989 el ya llamado Hospital de San Juan de Dios se integró en la red pública sanitaria, que contempló para el centro la transformación de las dependencias sanitarias en ‘Unidades de Larga Estancia’ para enfermos geriátricos. Ya en 1995 prescindió del servicio de Maternidad.

En 2011 el inmueble fue sometido a unas obras de remodelación que transformaron un hospital de los años 50 en un centro sanitario del siglo XXItras invertir 16 millones de euros, buena parte de los cuales procedían del Gobierno autonómico.

En los últimos años, San Juan de Dios se ha centrado en los pacientes denominados subagudos (los que necesitan una media o larga estancia hospitalaria) y en aquellos que precisan cuidados paliativos. En 2014, tras la complicada negociación en la que se llegó a involucrar el propio Herrera, se acordó un pago por proceso, algo que después se amplió en un nuevo convenio que se firmó en 2015 tras un concurso al que solo se presentó San Juan de Dios. Entre 2012 y 2017 la aportación anual media realizada por la Junta fue de 4,2 millones de euros mediante conciertos limitados a la hospitalización. A finales de 2018 se selló un nuevo documento, con una duración hasta el 31 de diciembre de 2020, por el que el hospital se vinculó al sistema de Sacyl a cambio de 5,3 millones anuales. Este convenio es el que ahora pende de un hilo.