El reconocimiento más sabroso

G. ARCE
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La distinción como Mejor Restaurante de Castilla y León es recibida en Casa Ojeda como un gran respaldo a su dilatada trayectoria

Luis Carcedo, dueño del restaurante Casa Ojeda - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

"Te elige tu gente, con lo que eso supone, un ente tan importante como la Academia de Gastronomía y Alimentación de la región". En Casa Ojeda, la distinción como el Mejor Restaurante de Castilla y León ha sentado muy bien, ha sido la mejor noticia tras la dura etapa que han supuesto las restricciones obligadas por la pandemia y el cierre de comedores. "Me alegro personalmente, también por la apuesta que ha hecho la familia durante tantísimos años y, sobre todo, por el equipo humano que trabaja y ha trabajado durante estos años en el restaurante".

Luis Carcedo, el máximo responsable de este templo gastronómico de la calle Vitoria, asegura que abrir las puertas todos los días, atender un restaurante y que te lo reconozcan "no es nada fácil". "Nos mantenemos en una línea de calidad y buen servicio y eso es muy difícil y muy duro de sostener". Cuando hace esta reflexión piensa en todos y cada uno de los trabajadores de Casa Ojeda, un equipo integrado por hasta 60 personas en la actualidad, aunque ha habido hasta 80 trabajando en cocinas, comedores y mostradores.

La Academia, que previsiblemente hará entrega de este reconocimiento en un acto que se celebrará en Burgos a principios de año, ha subrayado en su distinción la dilatada trayectoria de la empresa, un valor a tener muy en cuentan en estos tiempos de modernos restaurantes de éxito fulgurante y listas de quién es el mejor. "En el mundo gastronómico, el mantenimiento de los valores tradicionales y la apuesta por los productos clásicos de una región, de una provincia o una ciudad es muy importante. El público lo valora en su inmensa mayoría, aunque las nuevas tendencias de la cocina están ahí y deben y tienen que estar. Lo importante, como todo, es el equilibrio".

La pandemia no ha cambiado el funcionamiento diario del restaurante. "Sí creemos que la apuesta por la calidad en la materia prima, el trabajo y el esfuerzo es la única salida a la crisis, la actual y las que hemos vivido". Si algo ha cambiado es el comportamiento del comensal, "que mantiene una cierta prevención ante los riesgos que pueda haber, aunque creo que, a medida que pasan los días y se extiende la vacunación, se asienta la tranquilidad y se supera el miedo".

El verano pasado, los clientes han buscado los espacios abiertos y bien ventilados (las terrazas) "pero no ha habido un gran cambio en cuanto a los gustos por unos platos u otros".

Dicho esto, Carcedo reconoce que en los meses veraniegos se ha trabajado "bien", con mucho español que ha decidido conocer su país ante la imposibilidad de viajar al extranjero. "Las calles y terrazas han estado muy animadas y ahora nos queda la duda de este futuro con una tormenta perfecta de precios, que genera una cierta incertidumbre de cara al invierno".

El responsable de Casa Ojeda considera que aún es pronto para valor el comportamiento de uno de sus principales comensales, los clientes de empresas. "Es posible que no afecte el efecto del teletrabajo y las videoconferencias pero yo creo que va a ser minoritario porque la actividad empresarial requiere conocer y visitar empresas, a los clientes y los proveedores, y confío que esta dinámica se mantenga".

Lo mismo ocurre con las celebraciones familiares y de amigos. "A medida que se supere el miedo, la gente tiene ganas de disfrutar de la vida y de la familia. Igual se reúnen menos comensales, por el riesgo de contagios o los desplazamientos, pero se respira en el ambiente un deseo de volver a la normalidad".

Sector. La hostelería ha salido "muy tocada" de la crisis sanitaria "porque ha sido muy dura y ha golpeado a todos". No obstante, Luis Carcedo no prevé la desaparición de restaurantes "y si algún empresario opta por dejarlo porque le ha pillado peor, la propia iniciativa privada irá cubriendo con mayor o menor dificultad las bajas. La oferta se va a mantener", sentencia.

Reconoce, en este sentido, el valor aportado por las terrazas en los momentos más difíciles. Aboga por el consenso y el acuerdo de todos para regular su uso en el futuro y, sobre todo, su abuso. "Estoy totalmente de acuerdo en que los vecinos exijan un control del ruido, pero las terrazas pueden y deben existir porque suponen un atractivo importante para todas las épocas del año". "Burgos tiene muchos atractivos y el día a día nos lo está demostrando. El que haya una buena oferta gastronómica contribuye a que su atractivo sea mayor".

A este respecto, destaca el esfuerzo realizado con el VIII Centenario de la Catedral. "Todo lo que sea hacer cosas es muy positivo. Una ciudad no puede parar, debe generar expectación y motivos de visita". Lo mismo dice del deporte, del Burgos CF y el San Pablo de baloncesto, que partido a partido están generando ilusión en la ciudadanía y publicitando el nombre de la ciudad por España y el resto del mundo.