Menos atropellos desde la entrada en vigor de las calles 30

F.L.D.
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Hasta abril fueron prácticamente los mismos que el año pasado, en el que hubo un periodo de confinamiento, y un 40% menos que en 2019. La concejala lo achaca a la nueva ordenanza

Imagen de uno de los últimos atropellos, en Esteban Sáez Alvarado (Gamonal). - Foto: Patricia

Si uno de los objetivos de implantar la velocidad máxima de 30 kilómetros por hora para los coches era reducir accidentes, de momento los datos dan la razón al Ayuntamiento y a Tráfico. Por este orden, pues en el número 1 de la Plaza Mayor acordaron integrar esta normativa dentro de la nueva Ordenanza de Movilidad. No fue hasta finales de septiembre cuando entró en vigor tras cambiar la señalización. Ayer lo hizo en el resto de municipios de España tras la modificación del Reglamento de Circulación. Sin contar el extraño 2020, la siniestralidad ha caído en lo que va de año en comparación con el mismo periodo de tiempo de 2019. Especialmente reseñable es el descenso del 40% en los atropellos. 

Según datos facilitados por la concejalía de Seguridad Ciudadana, de enero a abril del presente ejercicio se han producido en la capital burgalesa 26 atropellos, apenas cuatro más que el pasado año en el mismo periodo de tiempo -confinamiento mediante-, y 16 menos que en 2019. Como viene siendo habitual, la gran mayoría se produjeron en pasos de peatones (22). 

Pero es que, en general, la siniestralidad ha caído aproximadamente un tercio desde la entrada en vigor de la Ordenanza de Movilidad. Si dejamos nuevamente a un lado los meses más duros de la pandemia y comparamos los datos con los de hace dos años, la Unidad de Atestados ha intervenido en 754 accidentes hasta abril, 284 menos. En el Ayuntamiento tienen clara la relación entre esta reducción y la entrada en vigor de la nueva normativa. 

«Es una cuestión que tenemos que poner en valor. Creemos que la Ordenanza de Movilidad no solo está consiguiendo que tengamos un tráfico mucho más tranquilo para los ciclistas, patinetes y también vehículos, sino que además se ha generado un entorno más seguro para los peatones», defiende la concejala de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero. 

El descenso de las velocidades medias se está controlando a través del radar móvil de la Policía Local, especialmente desde enero, cuando adquirió un nuevo dispositivo capaz de detectar de manera simultánea incumplimientos en aquellas vías de dos carriles por sentido, uno de 50 y otro de 30. En apenas dos meses, ‘cazó’ a casi 3.000 infractores. 

De todas las actas de denuncia que tramita el Ayuntamiento por sobrepasar la velocidad máxima, el 80% son en vías 30. Los agentes han incidido, muchas veces a requerimiento de los propios vecinos, en aquellas en los que se había detectado que los conductores pisaban en exceso el acelerador. Sorprende, de hecho, que se alcanzaran los 110 kilómetros por hora en Conde Lucanor y los 83 en la calle Arlés. En este último emplazamiento la Policía Local sorprendió a 687 vehículos. 

Para reducir los atropellos el Ayuntamiento ha instalado también diferentes tipos de reductores en algunas zonas con una alta siniestralidad. Destacan los radares limitadores, los pasos elevados o altavoces para peatones. Desde hace tres años no hay muertes.