El incremento del botellón y el vandalismo en la zona alta de la ciudad y en los alrededores de importantes monumentos históricos está provocando las quejas de los vecinos y también la preocupación del equipo de Gobierno. La enésima rotura de la escalera mecánica que salva las barreras arquitectónica entre las calle Hospital de los Ciegos y Arco de San Esteban, que estaba recién arreglada, ha terminado con la paciencia vecinal y la exigencia al Ayuntamiento de la instalación de cámaras de vigilancia.

Ante esta situación el ejecutivo local ha decidido iniciar la solicitud, dado que la autorización depende de la Delegación del Gobierno y la Comisión de Garantías de Videovigilancia que coordina el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. La concejala de Seguridad, Blanca Carpintero, reconoce que la zona en la que están ubicadas las escaleras es una de las susceptibles de su instalación pero no la única.

También se plantea su colocación en el entorno de la Catedral, el Castillo, el mirador y Santa Águeda, entornos en los que cada fin de semana aparecen grafitis, suciedad (botellas, vasos, bolsas...) y destrozos en el mobiliario urbanos cuya reposición le cuesta mucho dinero al erario público. «Estamos teniendo contactos con la Subdelegación del Gobierno, dado que es una competencia que se comparte, y es voluntad del equipo de Gobierno municipal colocar cámaras en estas zonas que son sensibles, dado que se puede ver afectado el patrimonio cultural y elementos del mobiliario urbano que reiteradamente son objeto de actos vandálicos», indicó Carpintero.

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